Omega-3 en arritmias cardíacas

Numerosos estudios demuestran la eficacia de los omega-3 en el tratamiento de las arritmias. Algunos estudios han demostrado que una ingesta diaria de 3 gramos de aceite de pescado beneficia la salud cardiovascular al reducir los niveles de triglicéridos y colesterol "malo". También reduce la incidencia de trastornos auriculares y ventriculares prematuros.

Estos trastornos potencialmente mortales son responsables de un tercio de las muertes por paro cardíaco. Se deben al aumento de la excitabilidad celular (batmotropismo), que se manifiesta como una alteración en la secuencia de iniciación y propagación del impulso eléctrico en el corazón.

 

Un corazón seguro con Omega-3

Mantener el trastorno bajo control es fundamental para evitar complicaciones graves. En este sentido, un estudio publicado en el British Medical Journal en 1996 demostró que una ingesta diaria de 2,4 gramos de omega-3 reducía los síntomas de las arritmias ventriculares.

Tres años después, el mismo grupo de investigadores confirmó los efectos beneficiosos que pueden obtener del Omega-3 quienes padecen estas patologías.

El efecto beneficioso de los Omega-3 se debería, en este caso, al papel que desempeñan estos ácidos grasos en las membranas celulares.

Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Washington (Seattle, EE.UU.) ha demostrado que el porcentaje de muerte por parada cardíaca debido a arritmia disminuye cuando las membranas de las células cardíacas son ricas en Omega-3 de cadena larga.

La toma de DHA puro, no de precursores como el ácido alfa-linoleico, produce un claro efecto antiarrítmico debido a una mayor incorporación del propio DHA a las membranas de las células cardíacas, que puede alcanzar una cantidad igual al 20%.