Demencia senil: el riesgo se reduce a la mitad gracias a los folatos

En las personas mayores, el riesgo de demencia podría estar influenciado por el nivel de folato (vitamina B9) en la sangre, independientemente del nivel de otras vitaminas del grupo B y del tipo de alimentación seguida. En particular, quienes tienen concentraciones más altas de folatos muestran un riesgo de demencia un 50% inferior respecto a aquellos con niveles más bajos. Estos datos proceden de un estudio llevado a cabo en una población, la francesa, cuyo consumo medio de folatos es bastante bajo. Los resultados sugieren que la suplementación con vitamina B9 podría ejercer un papel protector a nivel cerebral cuando el nivel basal de folatos en sangre es reducido.

La investigación ha sido realizada por científicos de la Universidad de Burdeos (Francia) y publicada en la revista Nutrients.

Ácido fólico: una vitamina esencial para la salud

El ácido fólico es una vitamina (vitamina B9) implicada en numerosas funciones esenciales del cuerpo humano, entre ellas la síntesis del ADN. El término ácido fólico hace referencia a la molécula química presente en suplementos vitamínicos o utilizada por la industria alimentaria para enriquecer ciertos alimentos; mientras que con el término folatos se denomina un grupo de sustancias similares al ácido fólico presentes en alimentos como verduras de hoja verde y cítricos. El ácido fólico y los folatos son indispensables para todas las células del cuerpo, particularmente para aquellas que deben reproducirse o renovarse; por este motivo, las necesidades de ácido fólico aumentan notablemente durante el embarazo.

Además del periodo periconcepcional, el ácido fólico también es importante para la salud general; de hecho, la deficiencia de esta vitamina causa un tipo de anemia llamada megaloblástica y puede aumentar los niveles de homocisteína, un aminoácido que en altas concentraciones está relacionado con el riesgo de enfermedades cardiovasculares e infarto. Las vitaminas del grupo B desempeñan un papel fundamental en la función del sistema nervioso central y parecen tener un rol prometedor en la prevención de la demencia y la enfermedad de Alzheimer. 

Estudios epidemiológicos han encontrado asociaciones entre altos aportes de vitaminas del grupo B y un menor riesgo de demencia y Alzheimer, especialmente en lo que respecta a los folatos. Sin embargo, a menudo la dieta no es suficiente para garantizar una ingesta adecuada de folatos, siendo necesario consumir suplementos de ácido fólico o alimentos "fortificados", es decir, aquellos a los que se ha añadido esta vitamina. En algunos países como Canadá se ha aprobado y es obligatoria la producción de ciertos alimentos enriquecidos con ácido fólico. 

En la actualidad, 78 países del mundo han implementado programas obligatorios de fortificación con ácido fólico, mientras que muchos Estados miembros de la Unión Europea aún no lo han hecho. Entre estos últimos se encuentra Francia, donde se realizó el estudio y donde la población sigue una dieta pobre en folatos, mostrando bajos niveles de vitamina B9 en la sangre. En otros países con condiciones similares a las francesas, como Italia, los Países Bajos y el Reino Unido, diversos estudios han sugerido que un mayor consumo de ácido fólico podría estar relacionado con la mejora de la memoria y los síntomas de la demencia en personas mayores.

Una dieta rica en folatos reduce en un 50% el riesgo de demencia senil

Dirigidos por Sophie Lefèvre-Arbogast, investigadora de la Universidad de Burdeos, los científicos evaluaron la capacidad de algunas vitaminas del grupo B presentes en los alimentos para influir en el riesgo de demencia en la población francesa. El equipo observó una fuerte asociación entre el consumo de folatos y el riesgo de demencia a largo plazo; en particular, este fue un 50% menor en los ancianos con niveles más altos de vitamina B9 en sangre, respecto a aquellos con niveles muy bajos. 

Por el contrario, no se encontró asociación con las vitaminas B6 y B12. Aunque estos resultados son similares a los de otras investigaciones, contrastan con los obtenidos en algunos estudios epidemiológicos realizados en países donde existe fortificación obligatoria. Según los investigadores, esta discrepancia sugiere que el efecto protector cerebral de los folatos se manifiesta principalmente en personas que normalmente presentan deficiencias de esta vitamina, mientras que podría ser ineficaz en individuos con concentraciones basales más altas.

Detalles de la investigación

Durante el estudio, los investigadores analizaron datos de 1.321 personas mayores sin demencia. Se realizaron entrevistas al inicio del estudio para identificar el estilo de vida y características sociodemográficas relacionadas con la salud, además de pruebas neuropsicológicas y análisis específicos de sangre. 

Todos los participantes completaron un diario alimentario para definir su dieta habitual, siendo monitorizados durante una media de 7,4 años. Los modelos estadísticos mostraron que una mayor ingesta de folatos estaba inversamente asociada al riesgo de demencia, con un riesgo 50% menor en personas con las concentraciones más elevadas.

El papel protector de los folatos está confirmado por otros estudios

Según los investigadores, los datos obtenidos demostraron que una ingesta elevada de folatos está inversamente relacionada con el riesgo de demencia, independientemente de otras vitaminas del grupo B y de la calidad de la dieta. Estos resultados son coherentes con al menos tres estudios previos realizados en Estados Unidos. El papel protector del ácido fólico frente a la demencia en poblaciones con bajo consumo, como Francia, deberá explorarse en estudios futuros.

Fuente: Sophie Lefèvre-Arbogast, et al., “Dietary B Vitamins and a 10-Year Risk of Dementia in Older Persons” Nutrients, Volumen 8, página 761