Alzheimer: Los omega-3 podrían ralentizar los procesos neurodegenerativos
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Los Omega 3 EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico) tomados como suplementos pueden atravesar la barrera hematoencefálica en los enfermos de Alzheimer, actuando positivamente sobre los procesos neurodegenerativos. De hecho, un nivel elevado de DHA corresponde a una variación de los marcadores de la enfermedad y de la inflamación.
Esto es lo que descubrieron los investigadores del Instituto Karolinska en Suecia, durante un estudio que investigó el efecto de la suplementación con Omega-3 sobre la concentración de ácidos grasos en el líquido cefalorraquídeo. El descubrimiento fue publicado en el Journal of Internal Medicine.
Omega-3 y Alzheimer
Los Omega-3, sobre todo el DHA, son componentes de las membranas de las neuronas a las que confieren estabilidad, y garantizan su correcto crecimiento y funcionalidad. Además, gracias a la acción antiinflamatoria, el DHA y el EPA defienden al sistema nervioso del deterioro cognitivo y de otras patologías. A este respecto, varios estudios han demostrado cómo los Omega-3 pueden proteger del Alzheimer reduciendo el riesgo de desarrollar la enfermedad. Otros trabajos han demostrado que muchas neuropatías pueden influir en el perfil de los ácidos grasos del sistema nervioso central (SNC). En el caso del Alzheimer se ha observado una concentración inferior a lo normal de DHA Los Omega-3 y otros ácidos grasos poliinsaturados se acumulan en el SNC durante la gestación, y luego, durante toda la vida, se reemplazan continuamente. Sin embargo, todavía no está claro cómo ocurre este mecanismo, y si las variaciones en la dieta pueden influir en el paso de los Omega-3 a través de la barrera hematoencefálica. Esta última es una estructura interpuesta entre la sangre y el SNC, que regula selectivamente el paso de sustancias químicas hacia y desde el cerebro, protegiendo al sistema nervioso. Sin embargo, también bloquea el paso de medicamentos. A la luz de estos conocimientos, los investigadores que llevaron a cabo el estudio intentaron entender cuál era el efecto de la suplementación con Omega-3 en pacientes que ya habían desarrollado la enfermedad de Alzheimer.
La acción del DHA sobre los marcadores de la enfermedad
La investigación, realizada en el marco de un proyecto más amplio, involucró a 33 pacientes afectados por Alzheimer. Durante 6 meses, 18 de ellos recibieron diariamente, sin conocer su contenido, un suplemento de 2,3 gramos de Omega-3 (rico en DHA), mientras que a los otros 15 participantes se les administró un placebo. Después del tratamiento se evaluaron las concentraciones de DHA y EPA en el plasma y en el líquido cefalorraquídeo que rodea al SNC. Estos análisis revelaron que en los sujetos que habían recibido el suplemento, los niveles de Omega-3 plasmáticos y en el líquido cefalorraquídeo habían aumentado, mientras que en el grupo placebo no se evidenciaron tales cambios. Además, los valores de DHA estaban en relación con la evolución del Alzheimer y con los marcadores de la enfermedad. De hecho, en el líquido cefalorraquídeo, el nivel de DHA estaba inversamente correlacionado con la concentración de la proteína Tau hiperfosforilada, un marcador del Alzheimer, y directamente correlacionado con los niveles del receptor soluble para la interleucina 1, una molécula involucrada en los procesos inflamatorios.
Los Omega-3 alcanzan el sistema nervioso central
Con base en esta evidencia, los investigadores han planteado la hipótesis de que los Omega-3 pueden atravesar la barrera hematoencefálica llegando al sistema nervioso e influyendo en su composición en ácidos grasos, como se había observado en estudios previos en animales, en los que la suplementación con DHA correspondía a una mayor concentración de la molécula en el SNC. Además, al aumentar el DHA en el SNC corresponde una fuerte variación de los biomarcadores típicos de la enfermedad y del estado inflamatorio. El estudio confirma así la relación entre la enfermedad de Alzheimer y la inflamación. Los tratamientos con antiinflamatorios tradicionales, utilizados hasta ahora, sin embargo, se han demostrado ineficaces para mejorar los síntomas. Por lo tanto, serán necesarios otros estudios para comprender cómo los Omega-3 pueden ser utilizados para tratar la enfermedad y detener la pérdida de memoria que aqueja a los pacientes con Alzheimer.
Fuente: Y. Freund Levi, I. Vedin, T. Cederholm4, H. Basun5, G. Faxén Irving, M. Eriksdotter, E. Hjorth, M. Schultzberg, B. Vessby, L.-O. Wahlund, N. Salem Jr, J. Palmblad. “Transfer of omega-3 fatty acids across the blood–brain barrier after dietary supplementation with a docosahexaenoic acid-rich omega-3 fatty acid preparation in patients with Alzheimer's disease: the OmegAD study” Journal of Internal Medicine. Article first published online: 11 JAN 2014 DOI: 10.1111/joim.12166.



