Mujer sana

Cáncer de mama: en animales de laboratorio, los omega 3 marinos son más eficaces que los de origen vegetal para combatir la enfermedad.

Los omega-3 podrían tener un efecto preventivo sobre el cáncer de mama, en particular el EPA y el DHA contenidos en el pescado parecen ser ocho veces más eficaces en inhibir el desarrollo y crecimiento del tumor en comparación con los que se encuentran en alimentos de origen vegetal, como las semillas de lino. Un estudio reciente, realizado en ratones de laboratorio, demostró que el consumo de omega-3 de origen marino reduce el número de tumores en un 30% y su tamaño en un 60-70%, y que para obtener el mismo efecto se requieren dosis mayores de omega-3 de origen vegetal.



El efecto protector de los omega-3 en la aparición del cáncer de mama 


El cáncer de mama es el tumor más común entre las mujeres en todo el mundo y representa el 29% de todos los tumores que afectan al sexo femenino. En Italia es la neoplasia más frecuente y afecta a una de cada ocho mujeres a lo largo de su vida, con 53.200 nuevos casos solo en 2018.

Según numerosos estudios existe una relación entre la aparición del cáncer de mama y los hábitos alimentarios inadecuados.

Además, cada vez más evidencias científicas demuestran la importancia de una alimentación saludable en la prevención de la enfermedad y sus recaídas.



En particular, los ácidos grasos parecen desempeñar un papel en el riesgo de este tipo de tumor. En apoyo a ello, estudios epidemiológicos han encontrado diferencias significativas en la incidencia de la enfermedad entre poblaciones que siguen dietas asiáticas y occidentales.


La alimentación de tipo asiático incluye generalmente un alto consumo de pescado, rico en ácidos grasos omega-3, y se asocia a una menor incidencia de cáncer de mama en comparación con las poblaciones que consumen alimentos típicamente occidentales.


Los omega-3 no se encuentran solo en el pescado, también pueden obtenerse de fuentes vegetales; el ácido alfa-linolénico (ALA), por ejemplo, se encuentra en semillas comestibles como las de lino y en aceites como el de soja, colza y cáñamo, mientras que el EPA y el DHA son principalmente de origen marino y están presentes en pescados, algas y fitoplancton.

Aunque varios estudios han asociado el consumo de omega-3 con una reducción del riesgo de cáncer de mama, el conjunto de evidencias y los mecanismos específicos responsables de los efectos protectores siguen sin ser concluyentes.



Los omega-3 de origen marino son más eficaces que los de origen vegetal


Investigadores canadienses, dirigidos por el profesor David Ma, estudiaron el papel de los omega-3 de diferente origen en la aparición del cáncer de mama, utilizando modelos animales y analizando el efecto de la alimentación con distintos tipos de omega-3 en ratones con una forma altamente agresiva de carcinoma mamario humano, denominada HER-2, que afecta al 25% de las mujeres y tiene un pronóstico desfavorable.


Se sabe que el EPA y el DHA pueden inhibir el crecimiento del cáncer de mama, pero hasta ahora nadie había observado directamente la eficacia comparativa entre estos omega-3 y el ALA.


Los resultados revelaron que los omega-3 marinos son ocho veces más eficaces en inhibir el desarrollo y crecimiento del tumor. Así, aunque los omega-3 de fuentes vegetales también parecen tener un efecto antitumoral, se requieren dosis más altas para obtener el mismo resultado.


“Este estudio es el primero en comparar la eficacia de los omega-3 de origen vegetal frente a los marinos en el desarrollo del cáncer de mama”, afirmó el profesor Ma. “Existen pruebas de que tanto los omega-3 de origen vegetal como los de origen marino son protectores contra el cáncer, y queríamos determinar cuál es más eficaz”, añadió.


La particularidad del estudio fue que los ratones fueron “expuestos” a los distintos tipos de omega-3 desde la etapa prenatal, antes del desarrollo tumoral, lo que permitió comparar el papel de los ácidos grasos en la prevención de la enfermedad.


Investigaciones recientes sugieren que la exposición temprana a los omega-3, durante el periodo crítico en el que la glándula mamaria se remodela, puede influir en la susceptibilidad al cáncer en la edad adulta.


EPA, DHA y ALA, según estudios anteriores, previenen y combaten el cáncer activando genes del sistema inmunitario que bloquean las vías de crecimiento tumoral.


Según los investigadores, los omega-3 podrían ser eficaces también frente a otros tipos de cáncer, y se recomienda el consumo de dos a tres porciones semanales de pescado graso para maximizar la ingesta de omega-3.



Algunos detalles sobre los procesos que llevaron al descubrimiento

Para realizar el estudio, los investigadores utilizaron ratones normales y ratones con mutaciones responsables del cáncer mamario.


Los animales se dividieron en 4 grupos a los que se les asignaron dietas enriquecidas con los siguientes aceites: aceite de cártamo, aceite de linaza (al 3% y al 10%) y aceite de pescado. Todas las dietas eran isocalóricas: 20% de kcal provenientes de proteínas, 58% de carbohidratos y 22% de grasas.


Las dietas con aceite de linaza al 3% y al 10% contenían distintos niveles de ALA y se usaron para probar la relación dosis-respuesta entre la exposición a omega-3 vegetales y la aparición de tumores.


Los resultados demostraron que la exposición continua a omega-3, tanto de origen vegetal como marino, puede retrasar la aparición del cáncer de mama y mejorar su evolución. También se observaron efectos dependientes de la dosis en los ácidos grasos vegetales ricos en ALA, especialmente con la dosis más alta del 10%.


El efecto inhibidor del ALA sobre el tumor fue aproximadamente ocho veces menos potente que el de EPA y DHA de origen marino.



¿La primera recomendación? Aumentar el consumo de pescado

Según los investigadores, los resultados muestran que las formas vegetales de omega-3 tienen un impacto comparable al de las fuentes marinas, pero se requieren dosis más altas. La recomendación es aumentar el consumo de pescado, especialmente entre las poblaciones occidentales, que siguen una dieta rica en grasas saturadas.


Según el Dr. Ma, los efectos positivos significativos que pueden tener los omega-3 en la lucha contra una forma altamente agresiva de cáncer de mama sugieren que probablemente también sean útiles contra otros tipos de tumores malignos, por lo que será necesario seguir investigando en este campo.


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Fuente: Liu et. al. “Marine fish oil is more potent than plant-based n-3 polyunsaturated fatty acids in the prevention of mammary tumors” The Journal of Nutritional Biochemistry, 2018, Pages 41-52.