La suplementación con ácido fólico y otras vitaminas, durante el primer mes de embarazo, puede reducir en aproximadamente un 50% la probabilidad de nacimiento de niños afectados por autismo, precisamente en familias con mayor riesgo de este trastorno. Un resultado que evidencia la importancia del consumo de algunos nutrientes gracias a una correcta alimentación y al uso de suplementos en la fase prenatal, especialmente para las mujeres que ya han tenido un hijo autista.

Es lo que surge de una investigación llevada a cabo por los investigadores del Departamento de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de la Universidad de California (EE. UU.), cuyos resultados fueron publicados en la revista JAMA Psychiatry.

Autismo y alimentación materna 

Los trastornos del espectro autista (TEA) comprenden una serie de patologías del desarrollo neurológico. Las personas afectadas presentan déficits en la comunicación social y en la interacción, comportamientos repetitivos e intereses restringidos.

Descrito por primera vez en los años 30, el autismo representa el trastorno principal entre los TEA.

El Autismo es por tanto, principalmente, un síndrome conductual con inicio en los primeros tres años de vida. Las áreas principalmente afectadas, además de aquellas relativas a la interacción social, son la habilidad de comunicar ideas y sentimientos y la capacidad de establecer relaciones con los demás. 

Aunque se considera un trastorno universal y estas tasas son coherentes entre diferentes culturas, existe una mayor prevalencia entre los individuos de sexo masculino.

Actualmente, para una mujer, el riesgo estimado de tener un hijo con autismo es de aproximadamente el 1,7% en la población general, mientras que el riesgo de tener un hijo con autismo entre las madres que ya han tenido un niño con autismo es de alrededor del 18,7%.

A principios de los años 70, la prevalencia del autismo diagnosticado era solo de 1 en 2500. No está claro si este cambio se debe a un verdadero aumento en el número de casos o si se debe al aumento y mejora de los procedimientos diagnósticos y a una mayor conciencia sobre los niños potencialmente afectados dentro de la sociedad.

Las causas del autismo aún son controvertidas, pero se ha sugerido que los factores ambientales pueden desempeñar un papel en el drástico e inexplicado aumento de la prevalencia de los TEA. Las pruebas científicas en este sentido están aumentando, también respecto al papel del ambiente uterino durante la gestación.

Por lo tanto, diversas condiciones prenatales y perinatales han sido señaladas como posibles factores de riesgo para los TEA. Estos riesgos incluyen exposiciones químicas durante el embarazo, insuficiencia de oxígeno perinatal, parto prematuro y edad materna y paterna avanzada.

Un área importante de la investigación implica el estudio de la interacción entre factores ambientales y susceptibilidad genética. Los estudios epidemiológicos han puesto en evidencia la importancia de los estilos de vida, y no solo de la dieta, en determinar los factores de riesgo que afectan la probabilidad de tener hijos afectados por diversas malformaciones o patologías.

Entre los factores de riesgo destacan el consumo de alcohol y la baja ingesta de folatos (derivados naturales de la vitamina B9). En particular, la ingesta de estos en el periodo periconcepcional parece comprobado que protege contra el desarrollo de TEA en la descendencia. Además, existen ya varias evidencias científicas que subrayan el vínculo entre la insuficiencia de vitamina D y el autismo (lee aquí).

¿Los suplementos multivitamínicos están asociados a un menor riesgo de autismo?

El reciente estudio estadounidense realizado por Rebecca Schmidt, investigadora de la Universidad de California, examinó la posible asociación entre los Trastornos del Espectro Autista y la suplementación durante el embarazo en mujeres que ya habían tenido hijos autistas y que, por tanto, presentaban un mayor riesgo de tener un segundo hijo con el mismo tipo de trastorno.

Los datos recogidos entre 241 hermanos menores de niños con autismo indicaron que la prevalencia de autismo era del 14% cuando las madres habían tomado vitaminas en el primer mes de embarazo, mientras que subía al 33% cuando las madres no habían tomado ningún tipo de suplemento durante el mismo período.

Los hijos de las mujeres que habían consumido suplementos vitamínicos en el primer mes de embarazo, además de tener una baja prevalencia de TEA, mostraban también puntuaciones cognitivas estadísticamente más altas.

La asociación entre el uso prenatal de vitaminas y la reducción del riesgo de autismo, según los investigadores, podría deberse a uno de los muchos nutrientes contenidos en los suplementos, y como se sugiere en estudios anteriores, sobre todo al Hierro y al Ácido Fólico, gracias a su importancia en el desarrollo neurológico.

Aunque no se puede afirmar con certeza que algún suplemento alimenticio pueda reducir el riesgo de autismo, los resultados de este estudio proporcionan una prueba del papel que una correcta alimentación y la suplementación con vitaminas prenatales tienen en el curso del embarazo y en el nacimiento de niños sanos.

En particular el ácido fólico, presente en la mayoría de los suplementos prenatales comercializados, es un nutriente esencial necesario para prevenir numerosos defectos congénitos.

Por este motivo, el gobierno de los Estados Unidos junto con otros organismos reconocidos de salud pública como el American College of Obstetricians and Gynecologists, la American Academy of Family Physicians y la American Academy of Pediatrics, recomiendan a las mujeres en edad fértil consumir suplementos de ácido fólico, preferiblemente enriquecidos con otros nutrientes como yodo, colina, ácidos grasos omega-3 y hierro, también fundamentales para la salud y el bienestar de la madre y del bebé, especialmente en caso de carencias en la dieta.

Algunos detalles del estudio

El estudio involucró a 322 niños y sus madres, quienes previamente habían tenido hijos con diagnóstico de autismo. Las mujeres participantes fueron entrevistadas sobre el uso de suplementos de vitaminas y minerales durante el embarazo, mientras que los hermanos menores con alto riesgo de TEA completaron una serie de evaluaciones clínicas antes de los 6 meses posteriores a su tercer cumpleaños.

La muestra final analizada estadísticamente comprendía 241 hermanos menores, de los cuales 140 varones y 101 mujeres, con una edad media de 36,5 meses. La mayoría de las madres (231) refirieron tomar suplementos durante el embarazo, pero solo 87 madres informaron haber seguido correctamente las recomendaciones de tomar vitaminas prenatales en los 6 meses anteriores al embarazo.

La prevalencia de TEA resultó ser del 14,1% en los niños cuyas madres tomaron vitaminas prenatales en el primer mes de embarazo frente al 32,7% en los niños cuyas madres no tomaron vitaminas prenatales durante ese período.

Vitaminas para prevenir el autismo: un vínculo aún por profundizar

Los resultados del estudio sugieren que el consumo de vitaminas durante el primer mes de embarazo puede reducir el riesgo de Trastornos del Espectro Autista en los hermanos de niños con TEA, en familias de alto riesgo, y si estos resultados se replican, podrían tener importantes implicaciones para la salud pública. 

Sin embargo, se necesitan más estudios para confirmar estos datos, como por ejemplo examinar las contribuciones de nutrientes específicos de los suplementos y de las fuentes alimentarias y el papel de la calidad de la dieta general.

En cualquier caso, los resultados obtenidos destacan el valor de los suplementos prenatales como aliados de la buena salud y animan a las mujeres que están pensando en tener un hijo a consultar con sus médicos sobre la ingesta diaria de nutrientes a través de alimentos y suplementos alimentarios.

¿Qué suplemento de ácido fólico es adecuado para quienes desean tener un hijo?

VITA DHA Materna es un suplemento alimenticio Quatrefolic®, que contiene una forma de folato más asimilable que el ácido fólico comúnmente disponible en el mercado. Este producto contiene además DHA, un omega-3 fundamental para el correcto desarrollo neurológico del feto.

Este producto está particularmente indicado no solo en el periodo preconcepcional sino también durante el embarazo y la lactancia, para garantizar el bienestar de la madre y del bebé.

Fuente: RJ Schmidt, et al. “Association of Maternal Prenatal Vitamin Use With Risk for Autism Spectrum Disorder Recurrence in Young Siblings”. JAMA Psychiatry, 2019;76(4):391-398