Recién nacidos y niños

Niños en edad escolar: el consumo semanal de pescado mejora el sueño y los resultados en las pruebas de inteligencia

El consumo semanal de pescado puede mejorar la calidad del sueño y favorecer las habilidades cognitivas en los niños en edad escolar, mejorando sus resultados en las pruebas de inteligencia. 


De hecho, según un nuevo estudio, los niños que consumen pescado al menos una vez por semana duermen mejor y tienen un coeficiente intelectual (CI) superior en 4 puntos en comparación con aquellos que lo consumen con menos frecuencia. La calidad del sueño podría representar, por tanto, uno de los factores que conectan el consumo de omega-3 y el rendimiento cognitivo.
 

Así lo informa un estudio publicado por investigadores de la Universidad de Pensilvania (EE. UU.) en la revista Nature’s Scientific Reports.


¿Existe un vínculo entre los omega-3, la función cognitiva y los ritmos sueño-vigilia?

Los ácidos grasos omega-3 de cadena larga son nutrientes esenciales presentes en grandes cantidades en pescados grasos, con numerosos efectos beneficiosos potenciales que van desde la salud cardiovascular hasta la mental. Dado que los omega-3 desempeñan un papel fundamental en el desarrollo y funcionamiento del tejido neuronal, sus efectos sobre pruebas cognitivas son de gran interés para los investigadores. El consumo de pescado durante el embarazo o la suplementación con aceite de pescado, por ejemplo, se asocia a un mejor desarrollo neurológico en bebés y niños pequeños, que abarca habilidades lingüísticas, motoras, visuales y de coordinación. Una dieta rica en pescado también está relacionada con un mejor rendimiento académico y cognitivo en adolescentes, así como con un menor deterioro cognitivo y demencia en edades avanzadas. 


Si bien los estudios en modelos animales han demostrado el papel de EPA y DHA en los procesos cognitivos a nivel molecular, el conocimiento sobre cómo mejorar el rendimiento intelectual sigue siendo limitado. Un aspecto aún por explorar es el sueño y su vínculo con la función cognitiva en adolescentes, aunque se sabe que dormir poco o mal se asocia a un rendimiento escolar bajo y una menor capacidad de aprendizaje y memoria. Según estudios recientes, los ácidos grasos omega-3 influyen en el sueño mediante diversos mecanismos. 


Algunos estudios han sugerido el posible papel del DHA en la regulación de la producción de melatonina endógena, sustancia que regula el ritmo circadiano y mejora la organización del sueño y el desarrollo del sistema nervioso central en los recién nacidos. Además, los omega-3 están implicados en la producción de prostaglandinas, compuestos químicos que actúan como mediadores inflamatorios y que se cree que son las sustancias endógenas más potentes para promover el sueño y regular el ritmo sueño-vigilia. Estudios epidemiológicos han demostrado asociaciones significativas entre el aumento del consumo de pescado y la mejora del sueño en adultos, bebés y niños. A pesar de la evidencia sobre la relación entre sueño y capacidades cognitivas, ningún estudio había examinado simultáneamente cómo una dieta rica en pescado y omega-3 puede influir en el descanso. Los estudios sobre el consumo de omega-3 en niños en edad escolar que evalúan tanto las capacidades cognitivas como el sueño se han realizado casi exclusivamente en países occidentales. 


Puntuaciones de CI más altas en niños que consumen pescado

El nuevo estudio se propuso abordar estas carencias y examinar el consumo de pescado, la calidad del sueño y los resultados cognitivos en niños chinos. El objetivo fue analizar si una dieta rica en pescado mejora el sueño y los resultados en pruebas cognitivas a largo plazo. Los resultados demostraron que los niños que consumían pescado al menos una vez por semana obtenían mejores resultados en las pruebas de inteligencia, con un CI casi 4 puntos mayor respecto a quienes nunca lo comían. Además, el consumo de pescado también se asoció con una mejor calidad del sueño. Estos resultados sugieren que el sueño puede mediar, al menos parcialmente, la relación entre el consumo de pescado y las habilidades cognitivas medidas por el CI. Según el equipo investigador, la calidad del descanso podría ser el “eslabón perdido” entre la inteligencia y el consumo de omega-3 de origen alimentario y no de suplementos. 


Algunos detalles del estudio

El nuevo estudio, dirigido por Jianghong Liu, profesor asociado de la Universidad de Pensilvania, incluyó a 541 niños chinos (54% varones y 46% niñas) de entre 9 y 11 años, quienes completaron un cuestionario sobre la frecuencia de consumo de pescado en el último mes. Los niños también realizaron la versión china del test de CI Wechsler Intelligence Scale for Children, que evalúa habilidades verbales y no verbales. Los padres también fueron consultados sobre la calidad del sueño de sus hijos mediante un cuestionario estandarizado sobre hábitos nocturnos, duración del sueño, despertares nocturnos y somnolencia diurna. El análisis mostró que los niños que comían pescado semanalmente obtenían 4,8 puntos más en el CI que aquellos que lo comían “rara vez” o “nunca”. Aquellos que lo consumían ocasionalmente obtenían 3,3 puntos más. Además, el mayor consumo de pescado se asoció con menos trastornos del sueño nocturno, indicador de una mejor calidad general del descanso. 


Un estudio innovador aún por completar

La nueva investigación demuestra por primera vez que el sueño puede actuar como mediador entre el frecuente consumo de pescado y la mejora de las capacidades intelectuales, aportando un importante mecanismo mediante el cual una dieta rica en EPA y DHA puede influir en el funcionamiento cognitivo. Estos resultados podrían tener un impacto relevante en salud pública al promover hábitos alimentarios saludables en niños y adolescentes. Según una de las coautoras del estudio, Jennifer Pinto-Martin, esta investigación se suma al creciente número de evidencias que demuestran que el pescado tiene “efectos realmente positivos para la salud” y que su consumo debería fomentarse. Dada la corta edad de los participantes, el equipo decidió no analizar los detalles sobre los tipos de pescado consumido – pero, según anunció la investigadora, el grupo continuará con esta investigación, añadiendo más detalles a los hallazgos actuales, para establecer vínculos definitivos entre alimentación, calidad del sueño, rendimiento escolar y otros resultados prácticos. 


Fuente: Jianghong Liu, et al., “The mediating role of sleep in the fish consumption – cognitive functioning relationship: a cohort study”. Nature’s Scientific Reports