Los omega-3 durante el embarazo y la lactancia reducen la inflamación en los niños.
Suplementos de Omega 3 en embarazo y lactancia: menos riesgo de inflamación en los niños
Durante el embarazo y la lactancia, el consumo diario de 400 miligramos de Omega 3 ácido docosahexaenoico (DHA) reduce la inflamación en los niños. Así lo demostró un estudio clínico realizado por un grupo de investigadores israelíes, cuyos resultados fueron publicados en la revista Mediators of Inflammation. La investigación añade nuevos detalles al panorama de la utilidad de los ácidos grasos Omega-3 para la salud infantil ya desde el embarazo.
Omega-3, embarazo y lactancia
Los ácidos grasos Omega-3 durante la gestación desempeñan funciones importantes para la salud de la madre y del bebé. En particular, permiten:
- mantener los valores de presión arterial dentro de lo normal;
- reducir el riesgo de aborto espontáneo;
- reducir el riesgo de parto prematuro;
- reducir el riesgo de depresión posparto;
- favorecer el correcto flujo sanguíneo hacia la placenta;
- facilitar el paso de oxígeno y nutrientes de la madre al bebé.
El correcto desarrollo del bebé, especialmente a nivel del sistema nervioso, se ve favorecido por estos valiosos ácidos grasos. Tras el nacimiento, los niños siguen beneficiándose de los Omega-3 consumidos por la madre durante el embarazo y la lactancia. Los niños cuyas madres aseguraron durante estos periodos una correcta ingesta de ácidos grasos están menos expuestos al riesgo de desarrollar ciertas patologías, como el asma y algunas formas alérgicas. Sin embargo, las reservas de Omega-3 durante la gestación disminuyen cuando la lactancia se prolonga y en caso de que la mujer ya haya tenido otros hijos. Por todas estas razones, los expertos recomiendan que las mujeres embarazadas consuman diariamente entre 200 y 300 miligramos de DHA, Omega-3 que se encuentra abundantemente en pescados grasos.
Omega-3 para reducir la inflamación en los niños
Los investigadores israelíes se centraron en el efecto de la ingesta de DHA durante la gestación y la lactancia sobre la respuesta inmunitaria de los niños. Su estudio involucró a 60 mujeres embarazadas que ya habían tenido al menos 2 hijos. A 30 de ellas se les prescribió consumir 400 miligramos diarios de DHA desde la semana 12 de gestación hasta 4 meses después del parto. La respuesta inmunitaria de los niños, amamantados, se evaluó mediante análisis de muestras de sangre. Los investigadores midieron los niveles de ciertos anticuerpos, los distintos tipos de linfocitos (glóbulos blancos implicados en la respuesta inmunitaria) y citoquinas, moléculas que participan en los procesos inflamatorios. Los datos revelaron que los niños cuyas madres tomaron Omega-3 DHA durante el embarazo y la lactancia tenían niveles más altos de linfocitos aún no activados. En cambio, en estos niños el número de glóbulos blancos que producían la citoquina interferón gamma era significativamente menor.
DHA, beneficios confirmados
Según los investigadores, la mayor presencia de linfocitos no activos y la reducción en la producción de interferón gamma son compatibles con la hipótesis de que la ingesta de DHA durante el embarazo y la lactancia reduce la respuesta proinflamatoria en los niños.
Fuente
1. Granot E, Jakobovich E, Rabinowitz R, Levy P, Schlesinger M, “DHA supplementation during pregnancy and lactation affects infants' cellular but not humoral immune response”, Mediators Inflamm. 2011;2011:493925. Epub 2011 Sep 18



