Omega-3 y niños: capacidades cognitivas afectadas especialmente en mujeres
Omega 3 niños: mejores funciones cognitivas gracias al aceite de pescado, especialmente en niñas
El aumento del consumo de Omega 3 y la disminución simultánea de los Omega-6 introducidos con la alimentación pueden mejorar las capacidades cognitivas en niños y adolescentes, especialmente en las niñas. Así lo demuestra un estudio publicado en Frontiers in Evolutionary Neuroscience, en el que William Lassek de la Universidad de Pittsburgh y Steven Gaulin de la Universidad de California en Santa Barbara (Estados Unidos) analizaron el efecto de la ingesta de estos ácidos grasos sobre las habilidades cognitivas de los niños. Los resultados obtenidos indican que los regímenes alimentarios típicos de los países occidentales, desbalanceados a favor de los Omega-6, podrían influir negativamente en el aprendizaje.
Omega-3 y cerebro
El ácido docosahexaenoico (DHA), Omega-3 presente en abundancia en los pescados grasos de origen marino, es uno de los principales componentes de las estructuras nerviosas y puede llegar a constituir el 10% del peso seco del cerebro humano. La necesidad de este nutriente es particularmente elevada en las mujeres. De hecho, durante el embarazo, las futuras madres proporcionan a sus hijos el DHA necesario para el desarrollo del cerebro extrayéndolo de las reservas de grasa acumuladas en la infancia. Además, diversos estudios han demostrado la existencia de una correlación entre los niveles de Omega-3 en la dieta de las mujeres embarazadas y en la leche materna o artificial y las capacidades cognitivas de los niños. Para profundizar en el conocimiento del papel desempeñado por estos ácidos grasos en ambos sexos, Lassek y Gaulin decidieron evaluar el efecto de una dieta rica en Omega-3 prestando atención a las posibles diferencias en los beneficios obtenidos por niños y niñas.
El estudio
La investigación involucró a más de 4.000 niños y niñas estadounidenses de entre 6 y 16 años: 2.253 eran varones y 2.309 niñas. Cada participante fue sometido a pruebas para evaluar sus habilidades cognitivas tanto en matemáticas como en lectura. El análisis combinado de los resultados de estas pruebas, así como del contenido de ácidos grasos en la dieta seguida por los niños, reveló que cuanto mayor es la cantidad de Omega-3 ingerida con la alimentación, mejores son los puntajes obtenidos en las pruebas por parte de niños y niñas. En estas últimas, el efecto positivo del consumo de Omega-3 fue el doble en comparación con los varones. Por el contrario, solo en las niñas, cuanto mayor es la cantidad de Omega-6 ingerida, peores son los resultados en las pruebas de habilidades de aprendizaje. En las niñas, una proporción desbalanceada de Omega-6 frente a Omega-3 se asocia con puntuaciones más bajas en estas pruebas.
Inteligencia, una cuestión de ácidos grasos
Lassek y Gaulin concluyeron que en los varones, un aumento en la ingesta diaria de Omega-3 equivalente a 1 gramo puede mejorar los resultados de las pruebas de aprendizaje en 0,19 puntos. En las niñas, en cambio, aumentar la dosis diaria de Omega-3 en 1 gramo puede elevar el puntaje en 0,38 puntos. Estos resultados podrían ser útiles para planificar iniciativas de salud pública basadas en un mayor conocimiento de los beneficios derivados de la ingesta de Omega-3 y de los efectos negativos causados por el consumo excesivo de Omega-6.
Fuente
1. Lassek WD, Gaulin SJ, “Sex differences in the relationship of dietary Fatty acids to cognitive measures in american children”, Front Evol Neurosci. 2011;3:5. Epub 2011 Nov 2



