Los omega-3 podrían retrasar el deterioro mental y bloquear enfermedades cardiometabólicas
Aceite de pescado: una ayuda contra el deterioro mental y las enfermedades cardiometabólicas
Consumir omega-3 protege del deterioro cognitivo y de las enfermedades metabólicas y cardiovasculares. Así lo demuestra un estudio de investigadores de la Universidad de Lund (Suecia), según el cual los resultados obtenidos confirman los beneficios de la ingesta diaria de estos ácidos grasos para la mente y el metabolismo y subrayan el papel de las elecciones alimentarias en la prevención de problemas metabólicos y cognitivos. Los detalles de la investigación fueron publicados en el Nutrition Journal.
Indicios preliminares
Ya en el pasado se había demostrado la existencia de una asociación entre niveles elevados de Omega-3 en la sangre y la reducción del riesgo de deterioro cognitivo típico del envejecimiento y de los factores de riesgo para enfermedades metabólicas (como la diabetes tipo 2) y cardiovasculares. Sin embargo, los estudios que han detectado esta asociación no permiten afirmar con certeza que estos ácidos grasos ejerzan un efecto protector. Se trata, de hecho, de estudios observacionales en los que el estado de salud de los pacientes fue comparado con la cantidad de Omega-3 consumidos sin, sin embargo, demostrar que es precisamente la ingesta de estos nutrientes lo que causa la disminución de los riesgos para la salud. Para poder establecer la existencia de un efecto real de los Omega-3 sobre la salud de mente y cerebro, son necesarios estudios clínicos en los que los ácidos grasos sean administrados a individuos sanos o a pacientes afectados por la patología que se pretende estudiar. Los investigadores de la Universidad de Lund utilizaron precisamente este segundo enfoque, demostrando que la ingesta de Omega-3 previene el deterioro cognitivo y contrarresta los factores de riesgo cardiometabólicos en individuos sanos.
2,55 g de omega 3 EPA y DHA al día, el estudio
Antes de la publicación de los resultados obtenidos por el equipo sueco, las dudas aún eran muchas. Por ello, los investigadores diseñaron un estudio cruzado en el que participaron 40 voluntarios sanos de entre 51 y 72 años. Los participantes fueron divididos en dos grupos, a cada uno de los cuales se le pidió que tomara cápsulas que contenían un placebo o 600 mg de los Omega-3 presentes en el aceite de pescado.
En particular, las cápsulas de aceite de pescado contenían 300 mg de EPA (ácido eicosapentaenoico), 210 mg de DHA (ácido docosahexaenoico) y 90 mg de otros Omega-3 no especificados.
El estudio previó la ingesta de 5 cápsulas al día, para un total de 3 gramos de Omega-3. La primera fase, de 5 semanas de duración, fue seguida por una segunda, también de 5 semanas, en la que los voluntarios dejaron de tomar tanto el placebo como el aceite de pescado. A esta le siguieron otras 5 semanas en las que quienes antes habían tomado el placebo tomaron el aceite de pescado y quienes habían tomado el aceite de pescado tomaron el placebo.
Conclusiones del estudio
Las capacidades cognitivas de los participantes fueron medidas mediante pruebas específicas. La evaluación de los factores de riesgo cardiometabólicos incluyó la medición de la presión sanguínea, los niveles de triglicéridos y de glucosa en sangre, y los niveles de una molécula asociada a la inflamación, el TNF-alfa (Factor de Necrosis Tumoral-alfa). Así se demostró que consumir diariamente los Omega-3 presentes en el aceite de pescado durante 5 semanas mejora significativamente las capacidades cognitivas de sujetos sanos. A su vez, estos ácidos grasos reducen los factores de riesgo metabólicos y cardiovasculares. Estos resultados permitieron establecer también una asociación entre los factores que ponen en riesgo el corazón y el metabolismo y las capacidades cognitivas: si los primeros disminuyen, las segundas mejoran. Según los autores, sin embargo, las noticias relevantes no terminan aquí. Igualmente importante es, de hecho, la confirmación de que actuar sobre la alimentación es una buena estrategia para prevenir los problemas cognitivos y metabólicos asociados al envejecimiento.
Fuente Nilsson A, Radeborg K, Salo I, Björck I, “Effects of supplementation with n-3 polyunsaturated fatty acids on cognitive performance and cardiometabolic risk markers in healthy 51 to 72 years old subjects: a randomized controlled cross-over study”, Nutr J. 2012 Nov 22;11(1):99



