Sistema cardiovascular

Aterosclerosis: EPA y DHA protegen las células endoteliales de los radicales libres

La capacidad del EPA y DHA para contrarrestar la aterosclerosis parece deberse, al menos en parte, a la acción protectora que estos ácidos grasos ejercen sobre las células endoteliales que recubren los vasos sanguíneos y que desempeñan funciones fundamentales para la salud vascular. Según los resultados de un nuevo estudio, de hecho, los omega-3 serían capaces de ayudar a las células del endotelio a proteger su ADN del daño oxidativo ejercido por los radicales libres, reduciendo dicho daño en casi un 50%.

El descubrimiento publicado en la revista PlosOne, fue llevado a cabo en los últimos meses por los investigadores de la Universidad de Fukushima (Japón). 



Los omega-3 contrarrestan el riesgo cardiovascular 

A partir de un famoso estudio epidemiológico sobre los esquimales de Groenlandia realizado en los años '70, que reveló la correlación entre el elevado consumo de pescados grasos y la baja incidencia de enfermedades cardiovasculares, numerosas investigaciones han revelado la amplia gama de propiedades beneficiosas de los omega-3. Los omega-3, de hecho, son capaces de contrarrestar el aumento de la presión sanguínea y obstaculizan la formación y el desarrollo de las placas responsables de la aterosclerosis que, al obstruir las arterias, pueden causar infarto e ictus. Por lo tanto, se recomienda el consumo de alimentos o suplementos ricos en EPA y DHA para reducir el riesgo cardiovascular, tratar la hipertrigliceridemia, reducir la inflamación y mejorar la función endotelial. El endotelio es el tejido que recubre la superficie interna de los vasos sanguíneos. 


Este no es solo un simple tejido de revestimiento sino que regula numerosos mecanismos: desempeña un papel central en la regulación de la presión arterial, así como en la termorregulación, en la coagulación, inflamación y edema y en el control de los intercambios entre la sangre y los tejidos. Un mal funcionamiento del endotelio, es decir, la disfunción endotelial, está implicado en el desarrollo de la aterosclerosis, y se considera uno de los primeros síntomas de la progresión de la enfermedad. Los mecanismos mediante los cuales EPA y DHA modulan la función endotelial aún no han sido aclarados. Estudios recientes sugieren un vínculo entre el daño al ADN y la aterosclerosis. Algunas investigaciones han identificado en pacientes con ciertas patologías y con aparición precoz de aterosclerosis, mutaciones en los genes de una proteína de reparación del ADN, sugiriendo un fuerte vínculo entre el daño al ADN y la aterosclerosis. 


Numerosos agentes pueden dañar el material genético, pero las especies reactivas del oxígeno (ROS), los llamados radicales libres, son la causa más frecuente. Por lo tanto, la reducción del daño al ADN inducido por los ROS puede ser crucial para la prevención de la aterosclerosis y de las enfermedades cardiovasculares relacionadas. 




EPA y DHA reducen en un 50% los daños al ADN

En el nuevo estudio los científicos han estudiado los efectos de los omega-3 sobre la integridad del ADN cromosómico en las células endoteliales humanas, para identificar su capacidad para contrarrestar la formación de placas ateroscleróticas y las posibles vías moleculares implicadas. Los investigadores determinaron entonces el efecto del DHA y EPA sobre el daño a las células endoteliales causado por el agua oxigenada, descubriendo cómo en las células tratadas previamente con EPA y DHA el daño oxidativo se redujo en casi un 50%, en particular era menor la magnitud de las roturas del ADN. 


Además, el tratamiento con omega-3 disminuía la activación de una molécula implicada en la respuesta al daño del ADN. Estos resultados subrayan que los omega-3 pueden minimizar el daño al ADN independientemente del mecanismo de respuesta que se active en las células. Según los investigadores, en base a estos resultados y a las evidencias de los últimos años, los omega-3 podrían prevenir la progresión de las placas ateroscleróticas y promover la estabilidad de la placa, en parte inhibiendo el daño al ADN, con la consecuencia de reducir también la senescencia, la muerte celular y la inflamación. Según Harry Rice, vicepresidente de la organización para el EPA y el DHA (Goed), el papel positivo de los omega-3 sobre la salud cardiovascular está ya confirmado pero aún quedan por aclarar los mecanismos mediante los cuales esto ocurre. Así como esta investigación, aunque muy interesante, no proporciona aún pruebas concluyentes sobre los mecanismos de protección ejercidos por los omega-3. 



Algunos detalles de la investigación

Durante el estudio los investigadores expusieron las células del endotelio de la aorta humana a una solución que contenía EPA o DHA, y luego al peróxido de hidrógeno (agua oxigenada), un potente oxidante que induce roturas en el ADN. La coloración con inmunofluorescencia mostró que la formación de γ-H2AX, una molécula indicadora del daño al ADN, se redujo significativamente en las células tratadas con EPA y DHA, respectivamente en un 47% y un 48%. Además, una molécula clave en la respuesta al daño del ADN activada por el peróxido de hidrógeno, llamada ATM, resultó significativamente reducida tras el tratamiento con EPA y DHA, respectivamente en un 31% y un 33%. Los niveles de síntesis de algunas moléculas antioxidantes aumentaron significativamente, mientras se observaba la disminución de las especies reactivas del oxígeno. Otro efecto del EPA y del DHA fue la reducción, del 31% y del 22%, de la actividad de la β-galactosidasa, una enzima asociada a la senescencia y al envejecimiento celular. 



La acción de los omega-3 sobre el genoma reduce el riesgo de aterosclerosis

Según los investigadores que llevaron a cabo el estudio, los resultados obtenidos confirman que EPA y DHA atenúan el daño al ADN inducido por el estrés oxidativo en las células endoteliales vasculares, a través de la sobrerregulación de la respuesta antioxidante. Aunque se necesitan más estudios para confirmar esta hipótesis, los ácidos grasos omega-3 podrían prevenir las enfermedades cardiovasculares también gracias a sus propiedades protectoras del genoma. Fuente: Sakai et al., “Fish oil omega-3 polynsaturated fatty acids attenuate oxidative stress-induced DNA damage in vascular endothelial cells.” PlosOne.