Omega-3 y diabetes: el estudio ASCEND revela beneficios y dosis útiles.
Los Omega 3, aliados de la salud cardiovascular, podrían proteger contra los riesgos de la diabetes. Un nuevo estudio ayuda a entender cuándo y en qué dosis tomarlos, y qué beneficios esperar que valga la pena asumir
¿Vale la pena tomar Omega 3 para proteger el corazón y las arterias de los riesgos inherentes a la diabetes? Años de investigaciones han demostrado la importancia de estas grasas para la salud cardíaca; un nuevo estudio ayuda a entender cuándo y en qué dosis deberían tomarse y qué beneficios es posible esperar de esta suplementación.
Publicado en el New England Journal of Medicine y llevado a cabo en la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, el estudio en cuestión involucró a más de 15 mil pacientes con diabetes, monitoreando su salud durante un promedio de 7,4 años. A aproximadamente la mitad de los pacientes se les pidió tomar diariamente una cápsula de Omega 3; a la otra mitad, en cambio, se les dio aceite de oliva.
De los datos publicados parecería que, en ausencia de problemas cardiovasculares en quienes conviven con la diabetes, tomar Omega 3 o aceite de oliva no marca la diferencia. Sin embargo, de un análisis más profundo emergen beneficios en términos de reducción de muertes por causas vasculares. Además, las ventajas de tomar Omega 3 podrían ser más evidentes con la administración de dosis adecuadas de estos ácidos grasos esenciales.
- Diabetes y riesgo cardiovascular
- Omega 3 y riesgo cardiovascular
- Omega 3 y diabetes: el estudio
- La importancia del estado nutricional de los pacientes
- Omega 3 contra la diabetes: un camino viable
Diabetes y riesgo cardiovascular
Las enfermedades cardiovasculares representan una de las principales causas de muerte para las personas que conviven con la diabetes tipo 1, y desde este punto de vista, ni siquiera el corazón de quienes desarrollan diabetes tipo 2 puede considerarse tranquilo: esta forma de diabetes también se asocia a un aumento de la incidencia de problemas cardiovasculares y de la mortalidad por trastornos en el corazón y las arterias.
La mayoría de los estudios sobre el tema se han llevado a cabo precisamente en pacientes con diabetes tipo 2 y han llevado a estimar un aumento de las coronariopatías y del ictus isquémico variable entre 2 y 4 veces; el aumento de la mortalidad se estima variar entre 1,5 y 3,6 veces. A esto se añade el hecho de que la diabetes tipo 2 es un importante factor de riesgo para la insuficiencia cardíaca, para la insuficiencia arterial periférica y para complicaciones a nivel microvascular – todos problemas que influyen negativamente tanto en la calidad como en la esperanza de vida, tanto que en presencia de diabetes esta última se reduce de 4 a 8 años. En la base de este mayor riesgo cardiovascular hay problemas bien conocidos:
- la hipertensión, que está asociada a la resistencia a la insulina. No es raro que la diabetes esté asociada precisamente a la hipertensión, y esta combinación duplica el riesgo cardiovascular;
- el aumento de los triglicéridos y de las LDL (Low Density Lipoproteins, es decir, el llamado “colesterol malo”) y niveles de HDL (High Density Lipoproteins, el colesterol “bueno”) por debajo de los estándares deseables. Este conjunto de factores es característico de un problema asociado a la resistencia a la insulina, llamado dislipidemia aterogénica, que en presencia de diabetes toma el nombre de dislipidemia diabética.
Omega 3 y riesgo cardiovascular
Por su parte, los Omega 3 han despertado el interés de los investigadores precisamente por su vínculo con la salud cardiovascular. Los primeros estudios que sacaron a la luz sus propiedades saludables para el corazón se remontan ya a casi cincuenta años atrás, cuando se observó que en las poblaciones esquimales de Groenlandia, grandes consumidoras de pescado rico en estos ácidos grasos, la incidencia de aterosclerosis era significativamente reducida. La gran cantidad de trabajos científicos realizados desde entonces ha permitido a la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) concluir que a los Omega 3 se les puede atribuir legítimamente diversas propiedades saludables, entre ellas:
- la capacidad de contribuir al funcionamiento normal del corazón y de mantener la presión arterial y los triglicéridos dentro de los valores normales, propia de los dos Omega 3 presentes en el pescado: el ácido eicosapentaenoico (EPA) y el ácido docosahexaenoico (DHA);
- la capacidad de contribuir al mantenimiento de los valores de colesterol dentro de los niveles normales, propia del precursor de EPA y DHA, el ácido alfa-linolénico (ALA).
Por estas razones, la perspectiva de proteger el corazón y las arterias de quienes conviven con la diabetes mediante un enfoque basado en la toma de Omega 3 parece completamente razonable.
Omega 3 y diabetes: el estudio
El realizado por los investigadores de Oxford no es el primer estudio que prueba la hipótesis de que la toma de Omega 3 pueda ayudar a combatir el riesgo cardiovascular asociado a la diabetes. En los pacientes con diabetes tipo 2, por ejemplo, la toma de EPA (comparada con la de un placebo) se ha asociado a una reducción significativa de los triglicéridos y del colesterol no-HDL.
De este nuevo estudio emerge en cambio una menor incidencia de muertes por causas vasculares entre los participantes que tomaron Omega 3 respecto a los que tomaron el placebo a base de aceite de oliva. La diferencia (196 casos respecto a 240) es estadísticamente significativa. Los mismos autores de esta nueva experimentación sugieren sin embargo que podrían obtenerse beneficios adicionales modificando la dosificación de los Omega 3 administrados a los pacientes. En este caso, los investigadores se limitaron a hacer tomar 840 mg de EPA+DHA al día, señalando no obstante que “los niveles de triglicéridos pueden ser reducidos mediante la administración de dosis de suplementos de ácidos grasos Omega 3 más elevadas que las utilizadas en nuestro estudio (típicamente, de 2 a 4 gramos al día)”.
En general, los estudios clínicos aleatorizados publicados en la literatura científica han demostrado que la suplementación con Omega 3 ayuda a reducir significativamente los niveles de triglicéridos y que su efecto aumenta tanto con la duración del tratamiento como con el aumento de la dosis de Omega 3. Lamentablemente, este estudio no previó medir los niveles de triglicéridos en sangre de los participantes, pero sus autores subrayan que “es posible que una reducción en los niveles de triglicéridos pueda producir efectos beneficiosos en algunos pacientes con diabetes”. Además, hay otro factor que tener en cuenta: la proporción entre EPA y DHA tomados.
Este nuevo estudio previó la administración de 460 mg de EPA y 380 mg de DHA, correspondiente a una proporción EPA/DHA de 1,2. Análisis publicados en el pasado han demostrado sin embargo que la reducción de triglicéridos observable en los pacientes con diabetes tipo 2 es más significativa cuando dicha proporción es al menos de 1,5; lo mismo parece valer también en el caso del colesterol.
Todo esto sugiere que los tratamientos basados en la administración de dosis de Omega 3 más elevadas y caracterizados por una proporción EPA/DHA a su vez más elevada pueden estar asociados a beneficios significativos para la salud cardiovascular de quienes conviven con la diabetes.
La importancia del estado nutricional de los pacientes
En el análisis de los resultados es también importante tener en cuenta el estado nutricional de los pacientes. Expertos implicados en el estudio publicado en el New England Journal of Medicine declararon que los participantes que tomaron Omega 3 tenían un Índice Omega 3 (un indicador de la cantidad de EPA y DHA presentes en la sangre) bastante alto, “cercano al que consideraríamos un nivel de base para un efecto protector”. En otras palabras, este estudio podría haber involucrado a pacientes que en realidad no necesitaban tomar los Omega 3 que se les administraron, porque ya tenían suficiente. De hecho, la mayoría de los participantes, si no hubieran tomado Omega 3, no habría corrido un alto riesgo de tener que enfrentarse a un evento vascular grave en los 5 años siguientes: el 40,4% fue clasificado como de bajo riesgo (inferior al 5%), el 42,3% como de riesgo moderado (entre el 5 y el 10%) y solo un mucho más limitado 17,2% como de alto riesgo (al menos del 10%).
También la toma de Omega 6 de origen alimentario podría haber marcado la diferencia. Muy abundantes en las dietas occidentales modernas, si se toman en dosis demasiado elevadas estos ácidos grasos pueden contribuir a poner en peligro la salud del corazón. Por ello, es importante evaluar también la relación entre Omega 3 y Omega 6 consumidos – sobre la cual, lamentablemente, el estudio de los investigadores de Oxford no proporciona ninguna indicación.
Omega 3 contra la diabetes: un camino viable
Los datos disponibles sugieren entonces que la suplementación con Omega 3 podría aportar beneficios reales a quienes conviven con la diabetes y que lo que puede marcar la diferencia en el efecto obtenido son las condiciones de salud de quien los toma, la dosis de Omega 3 consumida y la proporción EPA/DHA. En otras palabras, en los casos en los que realmente pueda haber necesidad, la toma de cantidades adecuadas de Omega 3 parece potencialmente útil incluso en caso de diabetes. Por el momento, recordamos que según la EFSA, para ayudar al organismo a mantener los triglicéridos y la presión en valores normales se necesitan, respectivamente, 2 y 3 gramos de EPA+DHA al día. Para ayudar a que el corazón funcione bien bastan en cambio 250 mg al día. Por último, para mantener el colesterol en niveles normales se necesitan 2 gramos de ALA al día.
Fuentes: American Heart Association. Cardiovascular Disease and Diabetes. https://goo.gl/mM1NXr. 25/09/18 ASCEND Study Collaborative Group. Effects of n-3 Fatty Acid Supplements in Diabetes Mellitus. N Engl J Med. 2018 Aug 26. doi: 10.1056/NEJMoa1804989 Casaccia Bertoluci M and Zorzanelli Rocha V. Cardiovascular risk assessment in patients with diabetes. Diabetol Metab Syndr. 2017; 9: 25. doi: 10.1186/s13098-017-0225-1 Chen C et al. Effects of Omega-3 Fatty Acid Supplementation on Glucose Control and Lipid Levels in Type 2 Diabetes: A Meta-Analysis. PLoS One. 2015 Oct 2;10(10):e0139565. doi: 10.1371/journal.pone.0139565 Dyerberg J and Bang HO. Haemostatic function and platelet polyunsaturated fatty acids in Eskimos. Lancet. 1979 Sep 1;2(8140):433-5 European Commission. EU Register of nutrition and health claims made on foods. https://goo.gl/faHW7R. 25/09/18 Lee SI et al. Cardiovascular disease and type 1 diabetes: prevalence, prediction and management in an ageing population. Ther Adv Chronic Dis. 2015 Nov; 6(6): 347–374. doi: 10.1177/2040622315598502 Schultz H. Omega-3s fail to prevent heart events in trial on diabetics; experts question baseline levels, dosing. Nutraingredients-usa.com. 28-Aug-2018 Tajuddin N et al. Prescription omega-3 fatty acid products: considerations for patients with diabetes mellitus. Diabetes Metab Syndr Obes. 2016 Apr 19;9:109-18. doi: 10.2147/DMSO.S97036 Tenenbaum A andFisman EZ. Omega-3 polyunsaturated fatty acids supplementation in patients with diabetes and cardiovascular disease risk: does dose really matter? Cardiovasc Diabetol. 2018 Aug 28;17(1):119. doi: 10.1186/s12933-018-0766-0 Imagen: Pixabay
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