Omega-3: un apoyo válido para la presión arterial

Los Omega 3 son ingredientes eficaces de complementos contra la presión arterial alta. Así lo confirman evidencias científicas suficientemente sólidas como para que la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) decidiera aprobar la alegación según la cual EPA y DHA (los Omega 3 de origen marino) ayudan a mantener la presión dentro de los valores normales – con una condición: que se aporten en dosis suficientemente altas. Descubramos cómo bajar la presión arterial de forma natural gracias a estas grasas poliinsaturadas aliadas de la salud cardiovascular.

Los fármacos contra la hipertensión no faltan, pero tampoco faltan las personas que buscan alternativas percibidas como más naturales. La respuesta a sus demandas podría llegar de complementos que bajan la presión arterial y cuyos ingredientes podrían ser los Omega 3.

De hecho, además de promover el buen funcionamiento del corazón y contribuir a mantener los niveles de triglicéridos dentro de lo normal, los Omega 3 contenidos en el pescado o en los suplementos a base de aceites de origen marino (de pescado, de hígado de bacalao, de krill y de microalgas) ejercen también otro beneficio sobre la salud cardiovascular: son capaces de reducir la presión sanguínea.

Según un metanálisis realizado por expertos del Center for Epidemiology, Biostatistics and Computational Biology de Exponent en Chicago y Boulder y de Van Elswyk Consulting en Longmont (Estados Unidos), publicado en el American Journal of Hypertension, la magnitud de este efecto es igual o incluso superior a la que se obtiene reduciendo el consumo de alcohol y sal e incrementando la actividad física, y el consumo diario de EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico) – los dos Omega 3 biológicamente activos presentes en el pescado y aceites marinos – podría ayudar a limitar el uso de medicamentos para controlar la presión.

Hipertensión: a menudo se debe a estilos de vida incorrectos

Según los datos reportados por el Instituto Superior de Sanidad, la presión arterial elevada (o hipertensión) afecta en Italia al 50% de los hombres y al 40% de las mujeres en la franja de edad entre 35 y 74 años.

En la mayoría de los casos se debe a estilos de vida poco saludables, caracterizados por factores perjudiciales como una mala alimentación, el abuso de alcohol, el sedentarismo, el tabaquismo y el estrés.

Por sí sola no causa molestias evidentes; solo raramente, especialmente si se trata de un problema antiguo, los síntomas de la presión arterial alta pueden incluir dolor de cabeza, alteraciones de la vista, epistaxis (sangrado nasal), dificultad para respirar y mareos.

En cualquier caso, convivir con este enemigo silencioso aumenta los riesgos para la salud cardiovascular. La probabilidad de desarrollar cardiopatías, insuficiencia cardíaca y eventos graves como ictus e infarto aumenta, pero no solo: también los riñones y los ojos pueden verse afectados por una presión demasiado alta.

Hipertensión: cuándo preocuparse

El valor de la presión se determina por la presión sistólica y la diastólica. La primera se mide en el momento en que el corazón se contrae y bombea sangre a las arterias, la segunda mientras el corazón se relaja y se llena de sangre. 

Se considera alta una presión que supera los 140 mmHg para la sistólica y los 90 mmHg para la diastólica; según la European Society of Cardiology (ESC) y la European Society of Hypertension (ESH), valores comprendidos, respectivamente, entre 130-139 mmHg y 85-89 mmHg configuran, en cambio, un cuadro de presión normal-alta.

La situación óptima es aquella en la que la presión sistólica se mantiene por debajo de los 120 mmHg y la diastólica por debajo de los 80 mmHg.

Acudir al médico es importante en todos los casos en los que se teme tener la presión alta o si, en caso de hipertensión ya diagnosticada, aparecen los raros síntomas antes mencionados; si se confirma el diagnóstico, las primeras indicaciones que se recibirán estarán relacionadas con la necesidad de modificar el propio estilo de vida.

Según la situación encontrada, el médico también puede decidir comenzar inmediatamente una terapia farmacológica. Sin embargo, tampoco se excluye la posibilidad de recurrir a complementos alimenticios para el control de la presión arterial.

Omega 3 en los complementos para la presión arterial: efectos mayores en pacientes hipertensos

El metanálisis publicado en el American Journal of Hypertension examinó 70 estudios clínicos realizados en adultos que recibieron EPA + DHA en forma de suplementos o consumiendo pescado durante más de 3 semanas y en adultos que recibieron un placebo; algunos de los sujetos involucrados sufrían de presión alta pero no tomaban medicamentos, mientras que otros tenían la presión sanguínea dentro de lo normal. 

En comparación con la toma de un placebo, el consumo de EPA y DHA provocó una reducción media de 1,52 mmHg en la presión sistólica y de 0,99 mmHg en la presión diastólica. Los efectos más significativos se observaron en los adultos hipertensos, en quienes la disminución media fue de 4,51 mmHg en la presión sistólica y 3,05 mmHg en la presión diastólica; sin embargo, incluso los normotensos se beneficiaron de la ingesta de Omega 3, mostrando una caída de 1,25 mmHg en la presión arterial sistólica y de 0,62 mmHg en la diastólica. 

Al centrar luego la atención solo en los estudios que preveían la ingesta de complementos alimenticios de Omega 3 para reducir la presión arterial, los autores del metanálisis destacaron una reducción de 1,75 mmHg en la presión sistólica y de 1,11 mmHg en la presión diastólica.

Como se mencionó, los resultados observados en los pacientes hipertensos resultaron ser iguales, si no superiores en algunos casos, a los efectos de un estilo de vida adecuado; estudios anteriores habían mostrado de hecho que la presión sistólica disminuye:

- en 3,6 mmHg reduciendo el consumo de sal;
- en 4,6 mmHg aumentando la actividad física;
- en 3,9 mmHg reduciendo el consumo de alcohol.

Estos resultados tienen una importante relevancia clínica: por cada aumento de 2 mmHg en la presión sistólica, el riesgo de mortalidad por isquemia cardíaca o por ictus aumenta, respectivamente, un 7% y un 10%.

¿Cómo reducen la presión sanguínea EPA y DHA?

Según los investigadores, el efecto de los Omega 3 sobre la presión se debería a su capacidad para regular las funciones del endotelio, es decir, la delgada capa de células que recubre el interior de los vasos sanguíneos. 

Este tejido desempeña un papel central en la regulación de la presión arterial y no faltan los estudios que muestran una mejora de la función endotelial en respuesta a EPA y DHA en sujetos con hipertensión y en riesgo de patologías cardiovasculares. 

Complementos alimenticios y presión arterial: ¿cuántos Omega 3? 

En su conjunto, los datos analizados por los investigadores estadounidenses indican que la ingesta de al menos 2 g de EPA + DHA al día puede reducir la presión sanguínea con beneficios mayores entre los individuos hipertensos que no usan fármacos antihipertensivos; una dosis más baja (entre 1 y 2 g al día) podría, en cambio, reducir la presión sistólica pero no la diastólica. 

Según las indicaciones de la EFSA, sin embargo, la dosis de Omega 3 que debe tomarse con los complementos para reducir la presión arterial es mayor y la alegación sobre la capacidad de los complementos para reducir la presión arterial debe ir acompañada de la información sobre la necesidad de tomar 3 g al día de EPA y DHA.

Y si se desea reducir al mismo tiempo con los complementos la presión arterial y el colesterol, a los Omega 3 se les pueden asociar otros principios activos con efectos hipocolesterolemiantes documentados por estudios científicos, como el extracto seco de alcachofa presente en Cardiol® Forte. 

Referencias bibliográficas:

Comisión Europea. Food and Feed Information Portal Database. Última consulta: 17/06/25

Istituto Superiore di Sanità. ISSalute. Ipertensione arteriosa o pressione alta. Última consulta: 17/06/25

NutraIngredients USA. https://www.nutraingredients-usa.com/Article/2014/03/07/Significant-clinical-impact-Meta-analysis-finds-omega-3s-equal-lifestyle-changes-for-blood-pressure-benefits/

Paige E. Miller,Mary Van Elswyk, and Dominik D. Alexander .  “Long-Chain Omega-3 Fatty Acids Eicosapentaenoic Acid and Docosahexaenoic Acid and Blood Pressure: A Meta-Analysis of Randomized Controlled Trials”Am J Hypertens (2014) doi: 10.1093/ajh/hpu024

Koshy A et al. Controlled hypertension: a forgotten diagnosis. Br J Cardiol 2017;24:127. doi:10.5837/bjc.2017.029