Riesgo cardiovascular: los suplementos de DHA ayudan a reducir la frecuencia cardíaca

La suplementación con EPA y DHA puede reducir la frecuencia cardíaca, es decir, el número de latidos del corazón por minuto, un parámetro que, si es demasiado elevado, puede representar un factor de riesgo cardiovascular. El tratamiento con suplementos de omega-3 se asocia a una reducción media de la frecuencia cardíaca en reposo de más de 2 bpm (latidos por minuto) y, analizados por separado, es el DHA el que presenta efectos mayores que el EPA. Los suplementos de omega-3 podrían representar, por tanto, una estrategia sencilla para reducir la mortalidad general y el riesgo de enfermedades cardíacas, especialmente en quienes no consumen pescado con regularidad.

Así lo indica un estudio de metaanálisis publicado en la revista European Journal of Clinical Nutrition llevado a cabo por un equipo de investigadores de la Universidad de Soochow (China). 

Efectos de los omega-3 sobre la salud cardiovascular 

Los resultados de este nuevo estudio se suman a los de numerosas investigaciones, iniciadas en los años 70 gracias al doctor Jorn Dyerberg, que han evidenciado el papel de los omega-3 en la reducción del riesgo cardiovascular. De hecho, EPA y DHA están relacionados con una serie de efectos positivos sobre la salud del corazón y los vasos sanguíneos, que van desde la mejora de los niveles lipídicos en sangre hasta la reducción de la presión arterial y la frecuencia cardíaca, y por tanto del  riesgo de enfermedad coronaria y muerte cardíaca.

Los posibles efectos cardioprotectores de los ácidos grasos omega-3 de origen marino y el consumo de pescado han sido objeto de numerosos estudios, especialmente en relación con la muerte cardíaca súbita. Una reciente metaanálisis publicada en Mayo Clinic Proceedings indicó que EPA y DHA, consumidos tanto a través de alimentos como de suplementos, pueden reducir el riesgo de enfermedad coronaria. 

En particular, los datos recogidos de 18 estudios clínicos indicaron que los omega-3 estaban asociados a una reducción del 6% en el riesgo de enfermedad coronaria en la población general, mientras que dicha reducción aumentaba hasta el 18% al analizar los datos de 16 estudios prospectivos, en los que se había seguido a personas que consumían o no omega-3 habitualmente.

Los resultados de estudios clínicos en los que se administró omega-3 o un placebo a dos grupos de personas también demostraron una reducción estadísticamente significativa del riesgo de enfermedad coronaria en los sujetos de mayor riesgo: un 16% en quienes tenían triglicéridos altos y un 14% en aquellos con colesterol LDL elevado. Un metaanálisis de 2014 informó que en sujetos hipertensos no tratados, los omega-3 estaban asociados a una reducción media de la presión arterial sistólica y diastólica de 4,51 mmHg y 3,05 mmHg, respectivamente. En 2012, otro metaanálisis llevado a cabo por investigadores chinos reveló una asociación entre un tratamiento de 56 días con suplementos de omega-3 y una mejora del 2,3% en la dilatación mediada por flujo, una medida que indica la capacidad de los vasos sanguíneos para relajarse, y por tanto su “salud”. Como se ha mencionado, diversos estudios han demostrado que el consumo de pescado graso o la suplementación con aceite de pescado reduce el riesgo de muerte cardíaca súbita. 

Aunque los mecanismos fisiológicos exactos detrás de este efecto preventivo aún no están del todo claros, se ha sugerido que los omega-3 podrían ejercer una acción protectora frente a la muerte cardíaca reduciendo la frecuencia cardíaca, es decir, el número de latidos por minuto. La frecuencia cardíaca elevada en reposo es un posible factor de riesgo para morbilidad y mortalidad cardiovascular. Un estudio realizado en médicos sin antecedentes de enfermedad cardiovascular reveló que aquellos que comían pescado al menos una vez por semana tenían un menor riesgo de muerte cardíaca súbita. Además, los niveles sanguíneos de referencia de omega-3 estaban inversamente relacionados con la muerte cardíaca súbita en esta población.

El DHA reduce significativamente la frecuencia cardíaca 

Para realizar el metaanálisis, es decir, un estudio estadístico que incluye los resultados de numerosas investigaciones sobre un tema, los investigadores recopilaron datos de 51 estudios que cumplían sus criterios de inclusión, considerando un total de unas 3.000 personas. Todos los estudios seleccionados habían evaluado la capacidad de los omega-3 EPA y DHA de reducir la frecuencia cardíaca, y se identificaron utilizando bases de datos específicas como PubMed. Los resultados del metaanálisis indican que la suplementación con omega-3 se asocia a una reducción significativa de la frecuencia cardíaca, con efectos atribuidos en mayor medida al DHA que al EPA. En concreto, los datos indicaron que, en comparación con el placebo, la suplementación con omega-3 se asoció a una reducción media leve pero significativa de la frecuencia cardíaca de 2,23 latidos por minuto. 

Cuando los investigadores analizaron los estudios que evaluaban los efectos del EPA y del DHA por separado, descubrieron que el DHA se asociaba a una reducción media de la frecuencia cardíaca de 2,47 bpm, mientras que no se observó ninguna reducción estadísticamente significativa con el EPA solo. Según los autores del estudio, este metaanálisis proporciona pruebas clínicas importantes y actualizadas que demuestran el efecto reductor de la frecuencia cardíaca de la suplementación con omega-3. 

Como señalaron los científicos, hay que tener en cuenta que la frecuencia cardíaca de la mayoría de los participantes incluidos en el estudio estaba dentro del rango de normalidad. Sin embargo, a nivel poblacional, la reducción de la frecuencia cardíaca podría tener importantes implicaciones para la salud pública, ya que una reducción de 3,2 bpm equivale aproximadamente a una disminución del 7,5% en el riesgo de muerte cardíaca súbita.

Hacia investigaciones más profundas

Según declararon los investigadores chinos, el nuevo estudio ofrece pruebas actualizadas sobre la reducción de la frecuencia cardíaca gracias a la suplementación con omega-3, aunque este efecto cronotrópico solo se atribuye al DHA. 

A pesar de algunas limitaciones, los resultados obtenidos pueden tener valiosas implicaciones clínicas y para la salud pública; los suplementos de omega-3 podrían representar un factor de estilo de vida útil para reducir la mortalidad y el riesgo de cardiopatías, en particular en aquellos que no consumen suficiente pescado azul. Por ello, se necesitan futuras investigaciones para evaluar si la reducción de la frecuencia cardíaca se asocia a mejoras en los pacientes o a un mejor perfil de salud pública. 

Fuente: K. Hidayat, et al. “Effect of omega-3 long-chain polyunsaturated fatty acid supplementation on heart rate: a meta-analysis of randomized controlled trials”. European Journal of Clinical Nutrition. rischio di malattia coronarica e morte cardiaca