Enfermedades autoinmunes y Omega-3: ¿El efecto dura más que el de la vitamina D?
Los Omega-3 son posibles aliados también contra las enfermedades autoinmunes. Sus efectos beneficiosos parecen durar incluso más que los de otro importante regulador del sistema inmunitario: la vitamina D. Pero ¿cómo tomarlos para una prevención efectiva?
Tanto los suplementos de vitamina D como los de Omega-3 pueden ayudar a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades autoinmunes, pero cuando se deja de tomarlos el efecto protector de la vitamina D tiende a desaparecer, mientras que el de los Omega-3 dura más tiempo. Así lo revela un análisis de datos recogidos durante el estudio VITAL, publicado en las páginas de Arthritis & Rheumatology, la revista oficial del American College of Rheumatology, por un grupo de investigadores coordinado por JoAnn E. Manson, experta de la Universidad de Harvard (Boston, USA).
Iniciado para evaluar los efectos protectores de la Vitamina D y Omega-3 frente a enfermedades cardiovasculares y cáncer, el estudio había revelado la utilidad de estos nutrientes también contra las enfermedades autoinmunes. Ahora, explican Manson y colaboradores, es posible decir que dos años después de la suspensión de la suplementación «el efecto protector de 2.000 UI al día de vitamina D ha desaparecido, mientras que 1.000 mg al día de ácidos grasos Omega-3 continúan reduciendo la incidencia de enfermedades autoinmunes».
Omega-3 y enfermedades autoinmunes
Los ácidos grasos Omega-3 influyen en la actividad de las células del sistema inmunitario. En particular, son conocidos por sus propiedades tendencialmente antiinflamatorias, que los convierten en posibles aliados contra las patologías caracterizadas por aumento de la inflamación – como la mayoría de las enfermedades autoinmunes.
La hipótesis de que estos nutrientes puedan ser útiles en el tratamiento de estas patologías ya ha sido testeada en el pasado. Los datos recogidos sugieren eficacia contra los síntomas de la artritis reumatoide, del lupus eritematoso sistémico y de la psoriasis. Las pruebas de la utilidad de los Omega-3 en la prevención de estas enfermedades son, en cambio, más escasas.
El estudio VITAL
El estudio VITAL involucró a casi 26 mil hombres y mujeres de edad igual o superior a 50 y 55 años respectivamente, que debieron tomar vitamina D (2.000 UI al día), Omega-3 (1 gramo al día), ambos o un placebo. En particular, quienes tomaron Omega-3 recibieron 460 mg al día de EPA (ácido eicosapentaenoico) y 380 mg al día de DHA (ácido docosahexaenoico), los dos Omega-3 de origen marino, así como los biológicamente activos.
Durante todo el estudio (que involucró a cada participante por una media de 5,3 años) se registraron todos los nuevos casos (ciertos o presuntos) de enfermedades autoinmunes. Los datos publicados en 2022 en el British Medical Journal revelaron que la vitamina D (con o sin Omega-3) había reducido la incidencia de enfermedades autoinmunes en un 22%. En el caso de los suplementos de Omega-3 (tomados con o sin vitamina D) se observó una reducción del 15% en la incidencia de casos ciertos, que sin embargo no resultó estadísticamente significativa; los resultados cambiaban incluyendo también los casos posibles: de esta forma, la reducción de la incidencia tras la toma de Omega-3 resultaba significativa y equivalente al 18%.
En el nuevo estudio publicado en Arthritis & Rheumatology, Manson y colaboradores lograron obtener nuevas informaciones de más de 21 mil participantes del estudio VITAL original. En particular, analizaron los nuevos casos (ciertos o presuntos) de artritis reumatoide, polimialgia reumática, psoriasis, tiroiditis autoinmune, enfermedades intestinales inflamatorias y cualquier otra enfermedad autoinmune surgidos en los dos años siguientes a la suspensión de la toma de suplementos.
Surgieron 255 nuevos casos entre quienes habían tomado vitamina D y 234 entre quienes habían tomado Omega-3. Comparados con los nuevos casos entre los participantes que tomaron un placebo, estos números indican que el efecto de la vitamina D desaparece rápidamente tras la suspensión de su toma, mientras que el de los Omega-3 de origen marino permanece y sigue siendo significativo.
Enfermedades autoinmunes: ¿mejor la vitamina D o los Omega-3?
Estos nuevos resultados sugieren que para reducir el riesgo de desarrollar una enfermedad autoinmune los suplementos de vitamina D deben tomarse continuamente. Los suplementos de Omega-3, en cambio, parecen tener un efecto más a largo plazo (al menos hasta 2 años después de la suspensión de su toma). No solo eso, los datos disponibles sugieren que los Omega-3 pueden tener un mayor efecto protector frente a la artritis reumatoide y las enfermedades inflamatorias intestinales.
Nuevas investigaciones ayudarán a comprender los efectos protectores de estas grasas “buenas” también en edades más jóvenes y cuando se usan en dosis diferentes a la única probada en el estudio VITAL. Tampoco se excluye que los beneficios de los suplementos puedan aumentar cuando se controlan también otros factores que pueden impactar en los fenómenos de autoinmunidad, como los hábitos alimentarios, el estilo de vida y el estrés.
Referencias bibliográficas:
Costenbader KH et al. Vitamin D and Marine n-3 Fatty Acids for Autoimmune Disease Prevention: Outcomes Two Years After Completion of a Double-Blind, Placebo-Controlled Trial. Arthritis Rheumatol. 2024 Jan 25. doi: 10.1002/art.42811
Hahn J et al. Vitamin D and marine Omega-3 fatty acid supplementation and incident autoimmune disease: VITAL randomized controlled trial. BMJ. 2022 Jan 26;376:e066452. doi: 10.1136/bmj-2021-066452



