Los omega-3 podrían prevenir la artritis reumatoide
Artritis reumatoide: se puede prevenir tomando suplementos de aceite de pescado
Las mujeres que siguen una alimentación rica en pescado que contiene Omega 3 tienen menos probabilidades de desarrollar artritis reumatoide, en comparación con aquellas que lo consumen en menor cantidad. De hecho, parece que una ingesta diaria superior a 0,21 gramos de Omega-3 podría reducir en un 35% el riesgo de padecer la enfermedad.
Así lo revela una investigación realizada en el Karolinska Institute de Estocolmo (Suecia) y publicada en Annals of the Rheumatic Diseases. Este estudio es el primero en atribuir la acción protectora del pescado frente a la patología a su contenido en Omega-3.
¿Qué es la artritis reumatoide?
La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune y discapacitante que causa inflamación articular y deformidades. Las personas afectadas también tienen un alto riesgo de padecer enfermedades cardíacas, leucemia, infecciones y sufrir ansiedad y depresión. Según el American College of Rheumatology, entre el 0,5% y el 1% de la población de EE. UU. padece artritis reumatoide. En Italia afecta a aproximadamente el 0,5% de la población adulta. Las mujeres tienen entre 2 y 3 veces más probabilidades que los hombres de desarrollar la enfermedad, que comúnmente se manifiesta hacia los 60 años. Debido a la naturaleza de la artritis, es importante controlar los síntomas manteniendo un peso corporal adecuado y siguiendo una alimentación correcta, baja en grasas y rica en alimentos antiinflamatorios y antioxidantes. En particular, estudios previos han mostrado una asociación entre un alto consumo de pescado y una menor probabilidad de desarrollar artritis.
El pescado reduce el riesgo de artritis reumatoide
Durante el estudio, los investigadores siguieron a 32.232 mujeres nacidas entre 1914 y 1948 que habían participado en un estudio de cohorte sueco (Swedish Mammography Cohort). La información sobre el tipo de dieta seguida, y por tanto sobre el consumo de pescado, fue recopilada mediante cuestionarios enviados a las mujeres en 1987 y 1997. Los registros nacionales se utilizaron para identificar los casos de artritis reumatoide surgidos entre 2003 y 2010, que resultaron ser 205. Los investigadores dividieron a las participantes en 5 grupos, según la cantidad de Omega-3 ingerida a través del pescado, con un rango de consumo que iba de 0,21 gramos (o menos) a 0,5 gramos por día. Una ingesta diaria de 0,21 gramos de Omega-3 equivale aproximadamente a consumir una porción semanal de salmón u otros pescados grasos, o 4 porciones semanales de pescado magro como el bacalao.
Los resultados mostraron que el consumo de cantidades superiores a 0,21 gramos de Omega-3 reducía en un 35% el riesgo de desarrollar la patología, en comparación con un consumo inferior. La ingesta a largo plazo de dosis consistentemente superiores a 0,21 gramos se asociaba a una reducción del 52% en la probabilidad de desarrollar artritis. Además, en las mujeres que durante largos períodos consumían al menos una porción de cualquier tipo de pescado una vez a la semana, el riesgo de artritis era un 29% menor respecto a aquellas que lo consumían con menor frecuencia. Según los investigadores, sin embargo, por encima de 0,35 gramos al día los beneficios del Omega-3 podrían disminuir, en línea con otros estudios que han identificado un “valor umbral” y con las recomendaciones del Departamento de Agricultura y del Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE. UU., que aconsejan comer al menos dos porciones de pescado por semana.
Los Omega-3 desempeñan un papel en la etiología de la enfermedad
El estudio confirma que el consumo moderado de pescado es suficiente para reducir el riesgo de artritis reumatoide. El vínculo entre la ingesta de productos marinos y la reducción del riesgo de la patología parece deberse a los Omega-3. De hecho, estos dan lugar a la síntesis de moléculas, los eicosanoides antiinflamatorios, que inhiben mediante diversos mecanismos los procesos típicos de la inflamación.
Los ácidos grasos saturados, en cambio, presentes por ejemplo en la carne, favorecen la producción de un tipo de eicosanoides que estimulan la aparición de inflamaciones. En cualquier caso, tanto los genes como el estilo de vida desempeñan un papel determinante en la aparición de la artritis reumatoide; además de la dieta, también el tabaquismo y la mala higiene bucal pueden favorecer esta patología. Por tanto, este estudio refuerza la hipótesis, considerada seriamente por los reumatólogos, según la cual para algunos individuos se podría prevenir la artritis reumatoide. Para estar siempre informado sobre las últimas noticias de la investigación científica sobre los Omega-3.
Fuente: Daniela Di Giuseppe, Alice Wallin, Matteo Bottai, Johan Askling, Alicja Wolk “Long-term intake of dietary long-chain n-3 polyunsaturated fatty acids and risk of rheumatoid arthritis: a prospective cohort study of women” Ann Rheum Dis doi:10.1136/annrheumdis-2013-203338



