Accidente cerebrovascular: El DHA es la base del mecanismo que reduce el daño neuronal
Ictus: ¡el DHA reduce el daño neuronal!
Una molécula lipídica derivada del DHA, llamada NDP1, es capaz de mantener vivas las células dañadas del cerebro y de la retina tras un ictus u otros trastornos neurodegenerativos y oculares, además de reducir el efecto de los radicales libres del oxígeno. El papel de NPD1, de hecho, es estimular la producción de una proteína capaz de favorecer la supervivencia celular. Profundizar en este mecanismo podría favorecer el desarrollo de posibles terapias para el tratamiento del ictus isquémico y de las degeneraciones de la retina.
Esto es lo que informa un estudio realizado por investigadores de la LSU Health School of Medicine de Nueva Orleans (EE. UU.) y publicado en la revista Cell death and differentiation.
El ictus es una de las principales causas de muerte y discapacidad en Italia
El ictus es una lesión cerebrovascular causada por la interrupción del flujo sanguíneo al cerebro debido a la obstrucción o ruptura de una arteria. Cuando el flujo sanguíneo se detiene, las neuronas privadas de oxígeno y nutrientes necesarios, incluso por pocos minutos, comienzan a morir. El ictus cerebral es una de las causas más frecuentes de muerte después de los 65 años, aunque también puede afectar a personas jóvenes. En Italia representa la tercera causa de muerte, después de las enfermedades cardiovasculares y las neoplasias, y es la primera causa de discapacidad. Además, el ictus representa la segunda forma más común de demencia. Los síntomas relacionados con el ictus son diversos y dependen de la zona del cerebro que ha sido dañada. Se pueden distinguir dos tipos de ictus: el ictus isquémico, el más común, causado por la oclusión de un vaso sanguíneo, y el hemorrágico, causado por la ruptura de un vaso sanguíneo. Los factores de riesgo para el ictus son diversos:
- edad
- familiaridad
- sexo
- hipertensión arterial
- diabetes mellitus
- hipercolesterolemia
- tabaquismo
- cardiopatías
- exceso de alcohol
Muchos de estos factores de riesgo pueden eliminarse siguiendo un estilo de vida sano: una alimentación adecuada y una actividad física constante permiten mantener también un peso corporal adecuado. La obesidad es, de hecho, otro importante factor de riesgo para el ictus. Numerosos estudios han demostrado que una dieta rica en omega 3, en adultos y ancianos, facilita el mantenimiento de la memoria y de las funciones cognitivas, y está asociada a un menor riesgo de ictus. En particular, el EPA parece prevenir el ictus isquémico, como indican algunos estudios que atribuyen el efecto preventivo a la acción antitrombótica inducida por este omega-3. El DHA también es esencial para una correcta función cerebral y es necesario para el desarrollo del sistema nervioso y de la visión. De hecho, es el lípido principal que compone las membranas de las neuronas y de la retina, y es esencial para su desarrollo y función (link).
Un lípido derivado del DHA activa el mecanismo de supervivencia neuronal
Los principales resultados de la investigación demostraron que el DHA da origen a una molécula señal llamada NPD1 que, a su vez, mejora la producción y disponibilidad de una proteína que facilita la conservación de las neuronas. Dicha proteína, llamada Iduna, es definida como proteína "de la supervivencia" por su capacidad de proteger el cerebro de los efectos de un ictus. En particular, Iduna se produce cuando, tras el daño cerebral, el organismo activa aquellos mecanismos necesarios para protegerse de daños posteriores. El importante papel del DHA en el correcto funcionamiento y desarrollo del sistema nervioso es conocido desde hace tiempo, así como su papel en el mecanismo de la visión y del funcionamiento de la retina. Al respecto, estudios previos han demostrado que NPD1 puede ofrecer protección a las células de la retina en caso de degeneración visual. Como explicó Nicolas Bazan, profesor y director del Centro de Neurociencias de la LSU Health School of Medicine, estos resultados son significativos porque muestran la acción de NPD1, un mediador lipídico que, "a demanda", modula la cantidad de la proteína Iduna, de gran importancia para limitar los daños cerebrales.
Un estudio realizado en células humanas
Durante el estudio, los investigadores eligieron dos tipos diferentes de células humanas de la retina para una serie de experimentos. En particular, añadieron NPD1 a las células una hora después de un ictus experimental y observaron el aumento de la producción y disponibilidad de la proteína Iduna. Iduna facilita la reparación del ADN dañado y protege contra una forma de muerte celular programada, suprimiendo la producción de una proteína destructiva. Los resultados también demostraron que NDP1 alcanzó su máxima actividad seis horas después del estrés oxidativo que se manifiesta tras la muerte de las células neuronales. Por tanto, estos resultados sugieren la presencia de un circuito en el que NPD1 promueve la actividad de Iduna cuando el estrés oxidativo activa la formación de NPD1, que a su vez activa Iduna. La función protectora de la proteína Iduna en las células es un proceso importante no solo en caso de ictus, sino también para la salud ocular, y desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de los fotorreceptores, las células sensibles a la luz que se encuentran en la retina. En el caso de enfermedades degenerativas de la retina, los fotorreceptores se dañan y el estrés oxidativo resultante impide la absorción del DHA, reduce la síntesis de NPD1 y provoca una degeneración de los propios fotorreceptores.
¿El mecanismo DHA-NPD1-Iduna la base de futuras terapias?
Según informan los investigadores autores del estudio, el mediador NPD1 derivado del DHA aumenta la expresión de Iduna, un regulador clave de la supervivencia celular, bloqueando la muerte celular. Como declaró el propio profesor Bazan, “la aclaración adicional de los detalles moleculares de la relación DHA-NPD1-Iduna podría contribuir a posibles intervenciones terapéuticas para las degeneraciones retinianas y el ictus isquémico”.
Fuente: Ludmila Belayev, Pranab K Mukherjee, Veronica Balaszczuk, Jorgelina M Calandria, Andre Obenaus, Larissa Khoutorova, Sung-Ha Hong and Nicolas G Bazan. “Neuroprotectin D1 upregulates Iduna expression and provides protection in cellular uncompensated oxidative stress and in experimental ischemic stroke.” Cell death and differentiation



