Obesidad hereditaria: la deficiencia de omega-3 aumenta el riesgo de su aparición
Deficiencia de Omega 3: mayor riesgo de obesidad hereditaria
Una deficiencia de Omega-3 en la dieta, asociada a un exceso crónico de Omega-6, puede conducir a una forma de obesidad hereditaria. Así lo demuestra un estudio publicado en el Journal of Lipid Research, en el que los investigadores de la Université de Nice Sophia-Antipolis (Niza, Francia) descubrieron que ratones alimentados con una dieta similar a la del mundo occidental moderno tienden a engordar cada vez más. Esta tendencia a la obesidad, explican los autores, se agrava de generación en generación. No solo eso, los investigadores demostraron que estos ratones desarrollan una serie de trastornos metabólicos, como la resistencia a la insulina, que conlleva un riesgo de diabetes. También la expresión de los genes implicados en los procesos inflamatorios asociados a la obesidad aumenta con el paso de las generaciones. Según los investigadores, estos resultados demuestran que una alimentación rica en grasas, asociada a una elevada proporción entre ácidos grasos Omega-6 y ácidos grasos Omega-3, promueve un aumento gradual de los estímulos inflamatorios y de la masa grasa.
Una cuestión de equilibrio
Una proporción desequilibrada entre ácidos grasos Omega-6 y Omega-3 puede llevar a un aumento de peso al que se asocian graves efectos a largo plazo sobre la salud humana. Lamentablemente, los cambios que han caracterizado la alimentación de las sociedades occidentales en los últimos cuarenta años han provocado una variación significativa de esta proporción. De hecho, los nuevos regímenes alimentarios han llevado a un aumento de la ingesta de Omega-6 del 250%. Por el contrario, el consumo de Omega-3 ha disminuido un 40%. Esto ha hecho que el equilibrio entre Omega-6 y Omega-3, que debería situarse en torno a una proporción de 5 a 1, haya pasado a ser de 15 a 1, como es típico en un ciudadano europeo, y hasta de 40 a 1 en Estados Unidos. Paralelamente a este fenómeno, el cambio en la alimentación también ha provocado un aumento gradual de los niveles de obesidad.
Pocos Omega-3 favorecen la obesidad
Los investigadores franceses, dirigidos por Gérard Ailhaud, han demostrado la existencia de un estrecho vínculo entre el régimen alimentario occidental y el aumento de la obesidad utilizando ratones como modelos. A los animales se les permitió alimentarse a voluntad con alimentos seleccionados para imitar la dieta occidental típica, rica en Omega-6 y pobre en Omega-3. El experimento continuó hasta involucrar a cuatro generaciones de padres e hijos. Durante este tiempo, los científicos observaron un aumento gradual de la masa grasa. Además, también aumentó gradualmente la expresión de algunos genes importantes implicados en el control del crecimiento y en las funciones inmunitarias, como el colony stimulating factor-3 (CSF-3) y Nocturnin.
La hipótesis de un mecanismo
A partir de los datos obtenidos, los investigadores plantearon la hipótesis de que el gen CSF-3 estimula el crecimiento de las células progenitoras de las células adiposas. La heredabilidad de la obesidad se debería, por tanto, a un aumento gradual de la expresión del CSF-3 de generación en generación. Este incremento promovería la proliferación de los progenitores de los adipocitos. Según los autores, futuras investigaciones permitirán verificar la validez de este mecanismo hipotético.
Fuente
1. Massiera F, Barbry P, Guesnet P, Joly A, Luquet S, Moreilhon-Brest C, Mohsen-Kanson T, Amri EZ, Ailhaud G, “A Western-like fat diet is sufficient to induce a gradual enhancement in fat mass over generations”, J Lipid Res. 2010 Aug;51(8):2352-61. Epub 2010 Apr 20



