Los omega-3 pueden ayudar a combatir la inflamación en la obesidad.
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Nuevas esperanzas para quienes deben convivir con la obesidad: consumir ácidos grasos omega 3 podría contribuir a reducir la inflamación crónica del tejido adiposo típica de los individuos obesos que no padecen diabetes. Así lo sugieren los resultados de una investigación llevada a cabo en la Medical University de Viena (Austria), donde Bianca Itariu y sus colegas completaron el primer estudio clínico controlado para analizar este problema, detectando que el tratamiento con Omega-3 reduce la expresión de los genes asociados con la inflamación. La investigación fue publicada en las páginas del American Journal of Clinical Nutrition.
¿Cuántos omega 3 se necesitan para reducir la inflamación?
Los investigadores austriacos reclutaron a 55 pacientes con obesidad severa, pero no diabéticos, a quienes se les pidió consumir 3360 mg al día de ácidos grasos EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico) o 5 gramos al día de mantequilla durante 8 semanas. Al finalizar este período se analizó la expresión de los genes asociados con la inflamación. Se sabe desde hace tiempo que la inflamación crónica del tejido adiposo es una característica típica de la obesidad que puede llevar al desarrollo de patologías asociadas al sobrepeso grave, como la diabetes tipo 2. Por otro lado, los omega 3, conocidos por sus propiedades protectoras del corazón y los vasos sanguíneos, ejercen una fuerte acción antiinflamatoria. Los datos recogidos demuestran que en los individuos que consumen estas dosis de omega 3 los niveles de la mayor parte de los genes asociados con la inflamación del tejido adiposo disminuyen.
No solo eso, en estos pacientes aumenta la producción de las moléculas que sirven para combatir la inflamación, mientras que disminuye la de interleucina-6 (un indicador de inflamación en curso) y de los triglicéridos dañinos para la salud cardiovascular. Finalmente, también la relación entre los Omega-6 y los Omega-3, otro marcador de la inflamación crónica asociada a la obesidad, disminuye significativamente. De hecho, los estudios realizados a lo largo de varias décadas han evidenciado que es muy importante tanto el nivel de Omega 3 como tal, como su cantidad en relación con los Omega-6.
Estos últimos, al igual que los Omega-3, son ácidos grasos esenciales para el organismo, pero tienen una acción proinflamatoria. Por desgracia, la alimentación típica de los países occidentales es mucho más rica en Omega-6 que en Omega-3, factor que, según los expertos, contribuye a la propagación del problema de la obesidad y de los problemas asociados a ella, como el síndrome metabólico.
Alguna duda razonable
Según los expertos, los resultados obtenidos en este estudio necesitan una mayor profundización. El problema principal residiría en el diseño del propio estudio. De hecho, los investigadores eligieron como término de comparación con respecto al tratamiento con Omega-3 la ingesta de 5 gramos de mantequilla, cuyas grasas son, por sí mismas, portadoras de inflamación. El aporte diario de mantequilla en la población austriaca es, sin embargo, de 10 gramos por persona.
Esto significaría que incluso en los pacientes que consumieron 5 gramos de mantequilla los niveles de inflamación al final de las 8 semanas de tratamiento podrían haber sido inferiores a los iniciales. Por desgracia, los autores del estudio no evaluaron la inflamación del tejido adiposo antes del inicio del experimento y, por lo tanto, no es posible cuantificar con precisión el efecto de los Omega-3 más allá de la reducción del consumo de mantequilla.
Hará falta nuevas investigaciones para arrojar luz sobre este aspecto y verificar definitivamente si los Omega-3 representan una buena oportunidad terapéutica en el tratamiento a largo plazo de la obesidad.
Fuente
Itariu BK, Zeyda M, Hochbrugger EE, Neuhofer A, Prager G, Schindler K, Bohdjalian A, Mascher D, Vangala S, Schranz M, Krebs M, Bischof MG, Stulnig TM, “Long-chain n-3 PUFAs reduce adipose tissue and systemic inflammation in severely obese nondiabetic patients: a randomized controlled trial”, J Clin Nutr. 2012 Oct 3. [Epub ahead of print]
Así lo sugieren los resultados de una investigación llevada a cabo en la Medical University de Viena (Austria), donde tizio y sus colegas completaron el primer estudio clínico controlado para analizar este problema, detectando que el tratamiento con Omega-3 reduce la expresión de los genes asociados con la inflamación. La investigación fue publicada en las páginas del American Journal of Clinical Nutrition.



