Mujer sana

Lactancia materna: Los recién nacidos corren riesgo de deficiencia de vitamina D3, según un estudio

Leche materna: no contiene suficiente vitamina D3

Aunque se considera un alimento “perfecto”, la leche materna no contiene cantidades suficientes de vitamina D. Por ello, los recién nacidos alimentados exclusivamente con leche materna corren el riesgo de padecer déficit, especialmente si no están adecuadamente expuestos al sol. Un nuevo estudio revela que la ingesta de dosis de vitamina D mucho más altas de las recomendadas durante la lactancia permite a las nuevas madres prevenir el riesgo de carencia y ofrece una válida alternativa a la suplementación directa del lactante.

Así lo afirma un estudio realizado por investigadores de la Medical University de Carolina del Sur (EE. UU.) y publicado en la revista Pediatrics.


La leche materna no contiene suficiente vitamina D

El calostro, la leche producida durante los primeros días de lactancia, es especialmente rica en nutrientes necesarios para el recién nacido. El contenido nutricional de la leche materna continúa cambiando a lo largo del periodo de lactancia y varía mucho de una mujer a otra. Aunque se considera un alimento “perfecto”, la leche materna no contiene suficiente cantidad de vitamina D como para mantener en los recién nacidos un nivel adecuado de 25-hidroxi-vitamina D, un intermediario de la forma biológicamente activa. 


Por este motivo, los recién nacidos alimentados exclusivamente con leche materna están en riesgo de déficit, especialmente si no se exponen al sol, que, como es bien sabido, estimula la producción de vitamina D en la piel a partir de una molécula precursora. Además, parece que los niños pertenecientes a ciertos grupos étnicos con piel oscura son particularmente propensos a esta deficiencia. 


La vitamina D es esencial para la salud ósea y, por tanto, indispensable para evitar el raquitismo, además de ser crucial para el correcto desarrollo del esqueleto del niño. Para satisfacer plenamente las necesidades infantiles de vitamina D, se pueden administrar suplementos directamente al bebé o recurrir a la suplementación materna para aumentar el contenido de vitamina D en la leche.


La suplementación con 6400 UI de vitamina D evita la carencia en la leche materna

Durante el estudio, los investigadores compararon la eficacia de la suplementación materna con 160 microgramos al día, y la suplementación materna e infantil con dosis mucho más bajas de vitamina D. Los datos obtenidos demostraron que la cantidad mayor es capaz de garantizar, durante la lactancia, la cantidad óptima de vitamina D para el lactante. 


En detalle, los análisis realizados mostraron que las madres que habían recibido 400 Unidades Internacionales (UI) de vitamina D, equivalentes a 10 microgramos, o 2400 UI (60 microgramos), tenían una mayor probabilidad de presentar carencia de vitamina D en comparación con aquellas que habían recibido 6400 UI, una cantidad equivalente a 160 microgramos. Además, durante la lactancia, las concentraciones sanguíneas de 25-hidroxi-vitamina D disminuyeron en las mujeres que recibieron 400 UI, mientras que aumentaron en el grupo de madres que tomó la dosis más alta. 


Después del primer mes de vida, más del 70% de los bebés presentaban concentraciones de vitamina D por debajo de las recomendadas (50 nanomoles por litro). Uno de los resultados más relevantes fue observar que las concentraciones de vitamina D en sangre eran similares entre los lactantes amamantados cuyas madres habían consumido 6400 UI diarias de vitamina D y aquellos que habían recibido directamente 400 UI por vía oral.


Algunos puntos fuertes de la investigación

Las mujeres participantes en este estudio, 334 junto a sus bebés, fueron seleccionadas en 2 latitudes distintas de Estados Unidos con amplia diversidad étnica, lo que permite generalizar los resultados a un amplio espectro de madres. Además, las dosis de vitamina D utilizadas en esta investigación no causaron efectos adversos y se consideran seguras según los autores, ya que no se han reportado efectos secundarios. 

Al respecto, el IOM (Institute of Medicine), la asociación académica que proporciona recomendaciones en temas de salud, ha establecido el límite en 4000 UI diarias, y la Endocrine Society (una sociedad internacional de investigación hormonal) ha fijado el límite superior en 10.000 UI al día.


Las madres deberían consumir más vitamina D

Este estudio destaca cómo las cantidades de vitamina D ingeridas por las madres y la exposición solar suelen ser insuficientes y, en consecuencia, la composición de la leche materna puede no garantizar niveles adecuados para los lactantes. 

Lo mismo ocurre con los omega 3: el bajo consumo de pescado graso durante el embarazo puede provocar una carencia de ácidos grasos esenciales en la leche humana, fundamentales para el desarrollo del niño. El consumo adecuado de vitamina D y los suplementos pueden, por tanto, asegurar a las mujeres lactantes un nivel óptimo de vitamina en la leche, y por tanto en sus hijos. Para mantenerte al día con las últimas noticias de la investigación científica sobre los Omega-3 suscríbete a nuestro boletín


Fuentes: Hollis BW, Wagner CL, Howard CR, Ebeling M, Shary JR, Smith PG, Taylor SN, Morella K, Lawrence RA, Hulsey TC. Maternal vs infant vitamin D supplementation during lactation: A randomized controlled trial. 2015 Pediatrics. Luzwolda MF, Kuipers RS, Koops J-H, Muller S, de Graaf D, Dijck-Brouwer DAJ, Muskiet FAJ. Interrelationships between maternal DHA in erythrocytes, milk and adipose tissue. Is 1 wt% DHA the optimal human milk content? Data from four Tanzanian tribes differing in lifetime stable intakes of fish. 2013 Br J Nutr.