Extracto de alcachofa, el nuevo aliado contra el colesterol alto
Conocido por sus propiedades protectoras para el hígado, el extracto de alcachofa es también un aliado eficaz contra el colesterol alto. He aquí cómo puede ayudar a proteger la salud del corazón y las arterias.
El colesterol alto es uno de los principales factores de riesgo cardiovascular. Reducirlo permite a quienes padecen aterosclerosis (la acumulación de colesterol y otros materiales en la pared de las arterias) disminuir tanto la mortalidad por causas cardiovasculares como la incidencia de eventos peligrosos como el infarto. Además, incluso quienes aún no han desarrollado síntomas y signos de aterosclerosis pueden beneficiarse del uso de moléculas tradicionalmente utilizadas para reducir la colesterolemia, las estatinas.
A pesar de la difusión y eficacia reconocida de estos fármacos, no todos se sienten cómodos con la idea de tomarlos; de hecho, cada vez más personas optan por alternativas no farmacológicas. A veces su elección responde a una preferencia personal por evitar medicamentos, otras veces al hecho de que ya toman muchos otros. También hay quienes reportan efectos secundarios desagradables relacionados con el uso de estatinas (en particular, dolores musculares). Y hay quienes, aunque tienen niveles de colesterol fuera de los valores normales, no presentan un riesgo cardiovascular tal que justifique una prescripción farmacológica.
Hasta hace poco, la alternativa más común era sin duda el arroz rojo fermentado. Sin embargo, recientemente, la posibilidad de utilizar sus principios activos (las monacolinas) en la formulación de complementos alimenticios ha sido fuertemente restringida. La razón de estas medidas es sencilla: las monacolinas, en particular la monacolina K, son en esencia estatinas naturales. No por casualidad, su eficacia en la reducción del colesterol está fuera de toda duda.
No obstante, precisamente porque son tan similares a moléculas reconocidas y reguladas, las autoridades competentes no han considerado adecuado que las monacolinas sigan comercializándose y consumiéndose como suplementos alimenticios, con todo lo que ello conlleva también en términos de posibles efectos secundarios. Esto no significa que ya no haya una alternativa a las estatinas, sino que se debe apostar por comprimidos o cápsulas con otros ingredientes con propiedades hipocolesterolemiantes comprobadas. Entre las opciones del mercado destaca sin duda alguna el extracto de alcachofa titulado en ácido clorogénico y luteolina.
Las propiedades del extracto de alcachofa
De hecho, las propiedades beneficiosas del extracto de alcachofa se conocen desde hace tiempo, y numerosos estudios han confirmado lo que ya se suponía tras siglos de uso medicinal de este remedio natural. Los efectos terapéuticos de la alcachofa (Cynara scolymus) ya eran bien conocidos en el siglo XVII.
El siglo XX nos ha proporcionado pruebas de sus propiedades estimulantes sobre el hígado y la vesícula biliar, añadiendo algunos detalles más: la alcachofa también puede ayudar a reducir la glucemia (nivel de azúcar en sangre) y – lo que más interesa a quienes tienen colesterol alto – a reducir tanto los niveles de lípidos en sangre como el estrés oxidativo. Este último puede modificar las partículas de colesterol haciéndolas más peligrosas; por ello, el efecto antioxidante de la alcachofa también podría ayudar a reducir el riesgo cardiovascular.
Un análisis de los datos presentes en la literatura científica, publicado en 2018 en Pharmacological Research, concluyó que, en lo que respecta a los niveles de lípidos en sangre, los principales efectos de la ingesta del extracto de hoja de alcachofa son:
- la reducción del colesterol total;
- la reducción del LDL (lipoproteína de baja densidad), la forma de colesterol sanguíneo que aumenta el riesgo cardiovascular si está presente en cantidades excesivas (por eso se le conoce comúnmente como “colesterol malo”);
- la reducción de los triglicéridos, otros lípidos que, si están en exceso, aumentan el riesgo cardiovascular.
Según este análisis, la ingesta diaria de 2-3 gramos de extracto de hoja de alcachofa permite reducir el LDL entre 8 y 49 mg/dL y el colesterol total entre 12 y 55 mg/dL. Sus autores suponen que los responsables de estos y otros efectos útiles para reducir el riesgo cardiovascular son dos principios activos: el ácido clorogénico y la luteolina. La eficacia del consumo podría depender de la concentración de estas moléculas; por eso es particularmente importante recurrir a extractos titulados (es decir, con concentraciones conocidas) de estas sustancias.
Ácido clorogénico y luteolina: ¿cómo funcionan?
El ácido clorogénico es un compuesto fenólico presente en diversas variedades de frutas y verduras. Sus efectos sobre los niveles de colesterol se deben a la inhibición de la enzima responsable de su síntesis, la misma que es inhibida por las estatinas (la HMG-CoA reductasa). Además, el ácido clorogénico también inhibe una serie de otras enzimas involucradas en la síntesis de ácidos grasos y en la digestión de las grasas de origen alimentario. La luteolina, por su parte, también está presente en numerosas especies vegetales. Se trata de un flavonoide al que se le ha atribuido la capacidad de inhibir la absorción intestinal de colesterol y de reducir su síntesis, así como propiedades antioxidantes frente al LDL.
Un estudio publicado en 2019 en Nutrients demostró la capacidad de un extracto de alcachofa titulado en ácido clorogénico y derivados (10-12%) y luteolina-7-glucósido y derivados (2-4%) de mejorar los parámetros cardiometabólicos en personas con síndrome metabólico, una condición que aumenta significativamente el riesgo cardiovascular. El estudio previó que 50 individuos con síndrome metabólico tomaran durante 6 meses 150 mg diarios del extracto de alcachofa titulado en ácido clorogénico y luteolina-7-glucósido, y que otros 50 individuos, también con síndrome metabólico, tomaran durante el mismo período un placebo. Los análisis realizados demostraron la eficacia del extracto en la reducción de los niveles de colesterol total y colesterol LDL, además de mejoras en otros importantes factores de riesgo cardiovascular (incluidos los niveles de triglicéridos en sangre) y en la salud hepática.
También el grosor íntima-media de la carótida (un índice de aterosclerosis) mejoró tras la toma del extracto. Sobre la base de estos resultados, los autores sugieren la ingesta de un extracto de alcachofa que contenga entre un 10-12% de ácido clorogénico y derivados, y un 2-4% de luteolina-7-glucósido y derivados, «como un enfoque válido y seguro para la prevención y el tratamiento de las alteraciones cardiometabólicas».
Efectos secundarios y contraindicaciones
El extracto de alcachofa se considera en general seguro y libre de efectos secundarios. Su uso tradicional está en el peor de los casos asociado con diarrea leve con espasmos abdominales, náuseas, acidez estomacal y otras molestias gástricas. Solo en algunos casos su ingesta requiere una cuidadosa evaluación médica; en particular, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) indica como contraindicaciones para el uso tradicional la obstrucción de los conductos biliares, colangitis, enfermedades hepáticas y cálculos biliares. En cambio, no se ha definido aún ninguna contraindicación específica para el extracto titulado, que en el estudio publicado en Nutrients solo provocó síntomas gastrointestinales transitorios, detectados incluso con mayor frecuencia entre los participantes que tomaron el placebo.
Se debe prestar cierta atención en caso de alergias a plantas de la familia de las Asteráceas, como la lechuga: la alcachofa es un pariente cercano. Una última curiosidad: según el estudio publicado en 2019 en Nutrients, el extracto de alcachofa también podría ser útil para adelgazar.
Su ingesta ha sido de hecho asociada a la reducción del perímetro abdominal y del índice de masa corporal. Sin embargo, no todos los suplementos de alcachofa podrían tener la misma eficacia: también en este caso, es mejor elegir aquellos que contengan un extracto titulado en ácido clorogénico (10-12%) y luteolina (2-4%).
Fuentes
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