Sistema cardiovascular

Omega-3 para niños y adolescentes: Suplementos con 450 mg de EPA y DHA y un índice de Omega-3 del 6% mejoran el rendimiento cognitivo.

Los suplementos de omega-3 pueden mejorar las capacidades cognitivas en niños y jóvenes, pero solo cuando los niveles de omega-3 en sangre alcanzan un cierto umbral. En particular, para obtener resultados significativos en los procesos cognitivos de los jóvenes entre 4 y 25 años, sería necesaria una suplementación diaria de al menos 450 miligramos de EPA y DHA, y alcanzar un Índice Omega-3 de al menos el 6%.

Así lo afirma una nueva revisión de la literatura científica publicada en la revista Nutrients, realizada por científicos de varias universidades de los Países Bajos.


Procesos cognitivos durante el desarrollo: el papel del Índice Omega-3

Numerosos estudios han investigado la influencia de los omega-3 en una serie de funciones como la salud cardiovascular, depresión, TDAH, trastorno del espectro autista, resultados del embarazo y desarrollo cognitivo. Los omega-3 EPA, DHA y AA están implicados en procesos del desarrollo cerebral, incluyendo el crecimiento de neuronas y la fluidez de sus membranas, la integridad de la barrera hematoencefálica y la inflamación. Su papel en el desarrollo y funcionamiento del cerebro ha estimulado muchos estudios para comprender la relación entre ácidos grasos poliinsaturados y las capacidades cognitivas en niños y adolescentes, con resultados a menudo contradictorios. De hecho, aunque algunas investigaciones han demostrado un efecto positivo de la suplementación, otras no encontraron beneficios. Sin embargo, las revisiones previas han sido heterogéneas, evaluando dosis variables y composiciones distintas de suplementos. Por tanto, queda por aclarar si los suplementos de omega-3 pueden influir positivamente en las habilidades neurológicas y si su eficacia depende de la dosis utilizada o del nivel circulante de estos ácidos grasos, un parámetro que puede medirse mediante el Índice Omega-3. El Índice Omega-3 se define como la suma de EPA y DHA en los glóbulos rojos y se basa en un método analítico estandarizado. Un rango entre 8-11% está asociado a un menor riesgo de mortalidad por enfermedad coronaria y, según esta evidencia, algunos investigadores han sugerido que ese mismo rango podría ser útil para evaluar efectos sobre la salud mental. Según algunas investigaciones, el beneficio de la suplementación sobre capacidades como la memoria a largo plazo solo se observa con dosis mínimas de 400 mg de DHA y EPA. 


¿Un Índice Omega-3 del 6% es el umbral para las capacidades mentales?

Teniendo en cuenta los resultados relacionados con el Índice Omega-3 y la salud cardiovascular, se emprendió una revisión de la literatura científica para investigar si la dosis diaria de DHA y EPA influye en el efecto de la suplementación sobre las capacidades cognitivas. La nueva revisión analizó los efectos en niños, adolescentes y jóvenes de hasta 25 años, etapa en la que se desarrolla el cerebro. Los resultados revelaron que los efectos cognitivos positivos de los suplementos pueden demostrarse si, tras el periodo de tratamiento, el Índice Omega-3 alcanza al menos el 6%. Además, parece haber cierta evidencia de que una dosis mínima de 450 mg de DHA y EPA al día puede mejorar el rendimiento cognitivo en niños y jóvenes en fase de desarrollo. 


Algunos de los estudios incluidos también evaluaron a jóvenes con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), pero en estos casos no se observaron mejoras tras el tratamiento con suplementos. Comentando de forma independiente los resultados, Harry Rice, vicepresidente de la organización de EPA y DHA (GOED), declaró que esta revisión aborda una importante laguna en el conocimiento sobre los efectos cognitivos de la suplementación con omega-3 en una franja demográfica muy relevante. 


Según Rice, se necesitan más estudios que confirmen no solo la existencia de beneficios para la salud mental de los omega-3 en niños, sino también si dichos beneficios dependen de un valor “umbral” del índice omega-3 y de una ingesta mínima de EPA y DHA. Según los autores, podrían existir grandes diferencias interindividuales en la respuesta a la suplementación, motivo por el cual los niveles en sangre deberían medirse al inicio y al final del estudio para extraer conclusiones sólidas. 


Algunos detalles del estudio

Para llevar a cabo la revisión sistemática, se buscaron publicaciones científicas sobre el tema en sitios especializados hasta el 3 de julio de 2019. Los investigadores identificaron 33 estudios relevantes que analizaban los efectos de suplementos de EPA y DHA frente a placebo, en participantes de entre 4 y 25 años. Finalmente se incluyeron 33 trabajos: 21 con niños y adolescentes con desarrollo típico, y 12 centrados en menores con alteraciones cognitivas, especialmente con TDAH. La duración de los estudios osciló entre cuatro y 52 semanas. 


El papel de la suplementación personalizada bajo evaluación en estudios futuros

Según los resultados, es probable que los beneficios cognitivos de la suplementación con omega-3 solo se manifiesten si el Índice Omega-3 alcanza al menos el 6%. Además, la mitad de los estudios con niños en desarrollo detectaron que una dosis diaria de al menos 450 mg de DHA + EPA favorecía mejoras cognitivas. Será fundamental que futuras investigaciones sobre suplementación con omega-3 incluyan la medición de los niveles en sangre de EPA y DHA para definir objetivos más precisos de funcionamiento cognitivo, como ya ocurre en el ámbito cardiovascular. Dado el alto grado de variabilidad individual en la respuesta a los suplementos de EPA y DHA, sería deseable que los futuros estudios adoptaran un enfoque personalizado respecto a la dosis administrada. 


Fuente: Van der Wur et al. 2020 “Effect of Omega-3 Long Chain Polyunsaturated Fatty Acids (n-3 LCPUFA) Supplementation on Cognition in Children and Adolescents: A Systematic Literature Review with a Focus on n-3 LCPUFA Blood Values and Dose of DHA and EPA”. Nutrients 12 (10), 3115